En una entrevista de 1971 se lo puede ver a Bruce Lee simpático y sonriente, compartiendo algo de su filosofía de vida. De todo aquello que se puede rescatar, Humanidad centra la atención en una consigna: «combinar el instinto natural y el control para alcanzar la armonía».
Por un lado está el instinto natural y por el otro el del control. Lee incita a combinar las dos en armonía. Si te pones en el extremo de uno te volverás muy poco científico, y si te vas al otro te convertirás en un hombre mecánico. ¡Cuánto tiene para enseñarnos el ying y el yang!
«Todo lo que he aprendido, como actor, como ser humano, es gracias a las artes marciales», señala Lee. Éstas las entiende como disciplinas de combate, convirtiéndose muchas de ellas en deportes, mientras que otras no llegan a serlo ante sus falta de reglas y juego limpio.
Bruce Lee enseñaba a expresarse a través del movimiento. Su especialidad era el arte de expresar el cuerpo humano a través de formas de combate.
«Cuando des un puñetazo tienes que dejar toda tu energía allí, convirtiendo todo el cuerpo en un arma«, comenta en la entrevista, incentivando a sus oyentes a moverse con determinación. «Tienes que entrenar y mantener tus reflejos en forma, para que estén ahí cuando los necesites».
Respecto a su condición de celebridad, a Lee no le gustaba el término «super Estrella». «Me gusta mucho más la de superactor. La palabra estrella no me identifica».
Al momento de la pregunta de si se sentía estadounidense o chino, respondió: «humano, porque debajo de este cielo solo hay una familia con personas diferentes».
Humanidad 
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