Afirman que Rosario, invadida por bandas narcos, canceló durante 30 años programas preventivos

Ante la conmoción por la explosiva situación generada por bandas rosarinas de narcotráfica, que generaron el envío de fuerzas federales a esa ciudad santafesina, el especialista Juan Yaría, levantó otra vez la voz para reclamar por un Programa Nacional de Prevención que incluya, además de las autoridades, a las familias, los medios de comunicación, las escuelas para padres y los líderes juveniles, entre otros.

En coincidencia con lo expresado por el exjefe de la Aduana, el exmilitar Juan José Gómez Centurión, hizo hincapié en el ingreso de la cocaína a través de la frontera norte, así como el uso de puertos rutas y ríos, como el Paraná.

En una nota de opinión publicada en el diario nacional La Prensa, el director de la clínica Gradiva dijo que «la intervención temprana y la detección precoz (del fenómeno) son claves en esta pandemia que vivimos y máxime cuanto nuestro pais junto a Uruguay son los países que lideran el consumo de marihuana y cocaína en América Latina». No descuido el tema del alcohol entre los adolescentes de la Argentina.

«Rosario – destacó – durante más de 30 años canceló todo programa preventivo estructurado, se limitaron la apertura de centros asistenciales, se publicitó un uso controlado de drogas especialmente entre los chicos que pasan de la niñez a la pubertad».

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El exjefe de la Aduana (y frustrado candidato presidencial) Gómez Centurión, señaló que Argentina no lucha contra el narcotráfico boliviano y peruano. Pidió una ley de derribo y apoyó la colaboración de las FFAA con la Gendarmería en el Norte.

«O sea – concluyó -, se estimuló la oferta…de ahí también la multitud de oferentes».

Insistió, en sentido negativo, en la proliferacion de mercados publicitarios que «naturalizan el consumo por distintas vías: ídolos, streaming, programas tecnológicoas, ´redes negras´« e incluso a través de programas municipales que invitan a la ingestan «con cuidado» lo que conduce, en su criterio, a «hipotecar a los más desválidos por su inmadurez cerebral y la consolidación de la identidad en marcha».

Se detuvo en lo que sucede en Uruguay y en el uso de la palabra tóxico. «Deriva del toxon que quiere decir arco que dispara flechas envenenadas…socialmente se le otorga prestigio a la técnica y al espectáculo donde lo farandulesco se une a lo trivial. Resulta difícil cuestionar esto», sentenció.