«Las FFAA son como un león enjaulado», dijo el director del Museo Malvinas

Esteban La Madrid, coronel del Ejército retirado, avisó que antes de que se decida la intervención de las FFAA en la lucha directa contra el narcotráfico – con focalización actual en la ciudad de Rosario, como propuso la ministra Patricia Bullrich -, se requieren pasos previos. Los enumeró: 1) cerrar las cuentas financieras y bancarias de los que manejan el negocio ene el máximo nivel; 2) reprimir y encarcelar con las fuerzas de seguridad tanto a los popes como a los operadores barriales; y 3) conseguir un marco legal para que ellas (las fuerzas armadas) puedan sumarse con entrenamientos específicos y protocolos.

“Las fuerzas armadas – sentenció el actual director del Museo Malvinas e islas del Atlántico Sur -, son como un león enjaulado descripto por Carlos Pellegrini, al que se debe entrenar para derrotar al enemigo externo. Para intervenir en este triste fenómeno (interno) debe bajar de escala, es decir, desescalar, en el uso de la violencia estatal”.

Durante una conversación con Alberto Muney, Juan Yaría y Enrique Stein, por radio Amadeus, el militar – que dirigió misiones de paz de las Naciones Unidas y tiene llegada a la vicepresidenta Victoria Villarruel -, hizo hincapié en diferenciar a los agentes federales de las fuerzas armadas, ambas – consignó -, con preparaciones y objetivos particulares y específicos en el marco de la Constitución.

“A las FFAA – destacó -, el Estado le confía las armas más potentes. Están preparadas para morder, aunque podrían adquirir la versatilidad que se requiere (en la lucha contra el narcotráfico) si se las prepara con una política de Estado que las respalde”.

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El exjefe de la Aduana (y frustrado candidato presidencial) Gómez Centurión, señaló que Argentina no lucha contra el narcotráfico boliviano y peruano. Pidió una ley de derribo y apoyó la colaboración de las FFAA con la Gendarmería en el Norte.

Coincidió con sus entrevistadores que debe haber leyes que permitan detener “a los narcotraficantes que viven en barrios caros con autos de lujo”, al mismo tiempo que ofrecer contención a los adictos, con sistemas preventivos, educativos y de difusión en los medios periodísticos.

“Consumir sustancias (alucinógenas) no es bueno para el organismo. Aceptando el libre albedrío de las personas, el Estado debe dictar pautas. Un porrito puede no hacer nada, pero después se pasa a 5 y de las drogas livianas se sube a las pesadas. Eso conduce a la adicción, paradójicamente a la pérdida de la independencia, a mayores controles y represión”.

Consignó que en el Ejército “hay tolerancia cero al alcohol y las drogas. Esto no es una tontería: hay que enseñarle a los chicos y a los militares jóvenes que la ingesta de cocaína tiene consecuencias graves”, indicó.

Distinguió lo que pasa en los grandes centros urbanos con lo que sucede con el consumo ancestral de la coca (el famoso “mascado” de la hoja) en el norte argentino, fronterizo con Bolivia.

Coincidió en que las campañas de “narcomarketing” (como las llamó Yaría) intentan mostrar que se trata de un fenómeno “suave”, ocultando las derivaciones del «consumo pesado» que se traduce, según mencionó, en casos frecuentes de violencia doméstica y en la cronicidad de las enfermedades mentales.

La Madrid asumió en febrero la Dirección del Museo Malvinas, que funciona desde 2014 en el Espacio Memoria y Derechos Humanos (Ex ESMA).