Le piden a Macri que «use la cabeza», llame a Larreta y deje que Bullrich sea una libertaria a secas, sin sostén del PRO

Hablar de internas y de rencillas entre dirigentes que hasta hace un tiempo eran estampillas, parece un despropósito para la Argentina sumida hoy – como en otras épocas – en los vaivenes y la incertidumbre. Con una pobreza alarmante, un avance contra la enseñanza pública y jubilados que, como una rama seca, están a punto de caer.

Ahora la comidilla es la reunión secreta entre el expresidente Mauricio Macri, líder del PRO, y el monje negro, o como quiera llamársele, Santiago Caputo, reconocido por Javier Milei, como un lado del “triángulo de hierro”, que también conforma su hermana Karina.

“Son fanáticos, no arreglan”, dijo un macrista que reforzó la idea de la rana que le pide al escorpión ayuda para cruzar el río, conociendo su naturaleza destructiva.

A todo esto, con un desarrollismo que no prende, divaga solo Horacio Rodríguez Larreta, durante 8 años jefe de gabinete de Macri en la ciudad de Buenos Aires, y luego un sucesor prolijo, democrático y dialoguista, aunque le llovían críticas por el afán de hacer negocios inmobiliarios.

Los seguidores de Macri – “ninguneado” por Milei, como el reconoció entre degustaciones de milanesas y entraña, en Olivos -, también andan despistados, más ahora que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, se ufana de haber pulverizado a Larreta y encara el desafío de mojarle la oreja al “calabrés”, según la caracterización del encuestador Carlos Fara.

Macri no debería hacerse el distraído. Ayudó a Patricia a desmoronar a Larreta: le ofreció los “fierros mediáticos” para destrozar al “pelado”, agredido en la marcha universitaria última. Con su jugada de entretiempo, le abrió a Patricia el camino para su ensayo de “fusionar” a lo que llama el “PRO Libertad” con La Libertad Avanza. El calendario electoral del 2025 asoma en el horizonte.

“Es sucia, está desesperada, iremos a la justicia si sigue avanzando”, le avisaron al cocinero político de Humanidad.

Larreta está consternado con la actitud de Macri y éste – dicen sus allegados -, debería ser flexible, para volverlo a convocar, reconsiderar la relación (lo conoce muy bien), reordenar la propia fuerza y proponer un mejor vínculo (ajado hasta lo inconmensurable) con algunos radicales y la coalición de “Lilita” Carrió. ¿Habrá tiempo?

Un estratega macrista, vislumbra dos objetivos entre muchos otros: 1) dar por terminada la relación con Pato Bullrich y lograr que junto con Luis Petri, y otros dirigentes provinciales, se vayan a LLA, encabezada por Karina; 2) erigirse en la cabeza de una rediviva fuerza de centro que encare los «tiempos complicados» que se vienen.

Hasta el incondicional Fernando de Andreis (el que tuiteó sobre el escorpión y la rana), le pidió a Mauricio “usar la razón y alejarse de las emociones y viejos enconos”.