La experiencia juvenil de Xi Jinping en Estados Unidos

Por Gónzalo Fiore Viani

En estos días se viralizó esta foto de un joven Xi Jinping en San Francisco, en 1985. La estancia de Xi en los Estados Unidos fue parte de algo mayor y se extendió durante más de un año. La experiencia tuvo un impacto muy positivo en él.

Fue parte de un programa de intercambio cultural. Estuvo en Iowa, donde estudió inglés en la Universidad. Su estancia fue parte de un acuerdo entre los gobiernos de China y EEUU para permitir a jóvenes chinos pasar tiempo en los Estados Unidos y mejorar su comprensión del país.

Durante ese tiempo, vivió en una familia anfitriona y trabajó en tareas relacionadas con la enseñanza del idioma. Aunque no fue un programa de estudios a nivel universitario, Xi aprovechó su tiempo en Iowa para interactuar con estadounidenses y mejorar su habilidad en el lenguaje.

Se le recuerda como una figura que vivió de manera bastante modesta en comparación con otras experiencias de estudiantes extranjeros en esa época. Xi era entonces un funcionario relativamente joven del Partido Comunista de China.

El viaje a los Estados Unidos fue parte de un esfuerzo del gobierno chino por abrirse al mundo, especialmente en los años de reformas bajo Deng Xiaoping. China había comenzado a implementar reformas económicas y a abrirse a influencias externas.

En ese marco, enviar a jóvenes líderes y funcionarios a estudiar en el extranjero se veía como una forma de mejorar las relaciones internacionales y aprender de los países más desarrollados.

No fue una estancia académica de alto perfil. No hubo mucha documentación pública o cobertura mediática sobre su tiempo en los Estados Unidos, y no se centró en estudios profundos, sino en un intercambio cultural.

Aunque Xi Jinping aprendió inglés y tuvo contacto con la cultura estadounidense, mantuvo una postura firme y conservadora con respecto a la política interna y externa de China, y ha sido crítico de algunas prácticas de Occidente.

Su experiencia en los EE. UU. le dio una visión pragmática de Occidente, pero su política actual refleja más una postura de «autarquía» y control, especialmente en cuestiones como la ciberseguridad, la influencia global y las relaciones diplomáticas con países occidentales.

El tiempo de Xi en EEUU fue más una experiencia personal y cultural que académica. Ese conocimiento podría haber influido en su capacidad para tratar con los líderes occidentales en el futuro, pero no influyó en su ideología o políticas.

En términos de política exterior, Xi ha sido un firme defensor de una China más autónoma y menos influenciada por Occidente, lo que refleja su postura sobre el papel de China en el mundo y su enfoque hacia los Estados Unidos y otras potencias globales.