La única certeza es que no hay certezas. El cocinero de Humanidad se fue a pescar y cazar a Esquina, mareado por la oferta de frentes electorales armados a los ponchazos para octubre, ante la falta de interés de los votantes que quisieran estar con él en esa localidad correntina.
Allí se llevó su libreta de apuntes. Anotó, entre otros, estos hastiantes e intrascendentes puntos:
La alianza entre LLA y PRO en CABA (¡epa!, el atragantón que se pegó Karina Milei con el «missing» Mauricio Macri!), es la consecuencia lógica del atracón de amarillos que se dieron los libertarios en la provincia, tras la paliza del 18 de mayo en el distrito porteño, por el que aún lloran a grito pelado Silvia Lospennato y María Eugenia Vidal. Pero, ¡bue!, es mejor ser cola de león que cabeza de ratón, dijo Mauri antes de emprender viaje a Dinamarca, para jugar al bridge.
El lío (animado otrora por el querido papa Francisco) se extendió como mancha de aceite en todo el territorio nacional. Rogelio Frigerio pacificó con los Milei en Entre Ríos. «Nacho» Torres, de Chubut, se sumó a Provincias Unidas, del que participan otros 4 mandatarios, entre ellos el cordobés Martín LLaryora (una incógnita), Cada coronel corre hacia donde indiquen las circunstancias.
El río está revuelto en Esquina y agita otras aguas. En Fuerza Patria (ex UP, ex Frente de Todos, exPJ…y paremos de contar), Juan Grabois condiciona su participación a que bochen a Sergio Massa. Florencio Randazzo (eficiente funcionario de Cristina, a quien le sigue reprochando que haya «mancado» el «proyecto» con el ubicuo Daniel Scioli), quiere copar una parada mínima en nombre de Juan Schiaretti, ahora que el radical Facundo Manes «fugó» a la Capital Federal. ¡Nimiedades!
¿Alguien se acuerda de Cambiemos y Juntos por el Cambio? ¿De la fiscal «Lilita» Carrió (la jubilada que se quiere desjubilar) y de otro cerebro radical desaparecido, Ernesto Sanz?
Javier Milei y su escudería de exJPMorgan, parecen no tener nada enfrente. Tampoco adentro, a juzgar por los contoneos demenciales de la vice Victoria Villarruel y la excanciller Diana Mondino.
Los administradores de poder todavía no descubren donde reside la conectividad entre Milei y los votantes. La fragmentación se exhibe en todos los planos. Son muchas crisis, muchos puntos de referencia. Todo empezó en 1810. ¿O no? Menem lo hizo.
En poco tiempo (¿qué diría Julio César Strassera si logrará revivir?; ¿Y Raúl Alfonsín?) hasta se ha bastardeado el «NUNCA MÁS» de la Conadep. ¡Con toda la enjundia que le puso a ese tarea el escritor Ernesto Sábato…un pesimista existencial. Lilia Lemoine, una estrella fugaz, ilumina hoy nuestros cielos.


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