Ricardo Kirschbaum es editor general del diario Clarín desde el año 2003. Ingresó al medio de comunicación -de los más importantes de habla hispana- en 1976, habiendo atravesado distintos desafíos, de los que habló en una entrevista concedida a Leonardo Mindez.
Ejercer la profesión durante la dictadura; la pelea con el kirchnerismo; los ataques del gobierno de La Libertad Avanza contra los periodistas; y la baja de los lectores del diario en papel, fueron algunos de ellos.
El director periodístico también se explayó sobre el mundo de las noticias en la era digital, y dio algunas recomendaciones a jóvenes que se incorporan a lo que los más veteranos acostumbran llamar el oficio.

Kirschbaum, tucumano, dio sus primeros pasos como periodista en el diario «El Pueblo», fundado por José Ignacio García Hamilton, de la familia de los dueños de La Gaceta. Allí compartió espacio con Roberto Guareschi, quien era el corresponsal en Buenos Aires, y el también oriundo de Tucumán Joaquín Morales Solá.
Al proyecto no le fue bien, y pasó a ser corresponsal en su provincia de El Cronista Comercial. Este trabajo lo hacía mientras estudiaba la carrera de medicina, la misma que estudió su padre cardiólogo. Así estuvo un tiempo hasta que luego de que estalló una bomba en su casa -era la época de La Triple A-, se tomó un avión a Buenos Aires.
Una vez en la capital, se acopló al clima laboral en la metrópoli, y ni el pedido de su padre a Rafael «Cacho» Perrota (desaparecido en junio de 1977), dueño de El Cronista Comercial, para que lo eche, pudo convencerlo de volver a su ciudad natal para recibirse.
Unos años después, Morales Solá lo llevó a Clarín a mediados del 76. El 24 de marzo del mismo año había comenzado la dictadura militar, en la que hubo censura «los primeros días».
«Luego hubo una zona gris. Eso determinó un proceso de autocensura importante, que costó sacarse de encima, de los circunloquios que uno tenía que dar para decir algo. Se trabajaba sin reglas concretas», contó Kirschbaum.

Respecto a la relación del diario con el kirchnerismo, dijo que el punto de ruptura con (Néstor) Kirchner fue «cuando se dio cuenta que no iba a poder comprar y controlar a Clarín«.
«Lo contó el propio Héctor Magnetto, a quien (el ex Presidente) le dijo ‘vos me acompañas en esto y vas a ser el hombre más rico de la Argentina‘», reveló.
«Iniciaron una campaña muy fuerte que le hizo mucho daño al propio gobierno, y que nos obligó a nosotros a hacer un periodismo defensivo que también nos afectó», dijo Kirschbaum. Así se diferenció del concepto de «periodismo de guerra» expuesto por el ya fallecido periodista Julio Blanck, una «definición equivocada» para él.
Considerando la credibilidad como «el valor intangible del periodismo», Kirschbaum enfatizó que esto es justamente lo que buscan «dañar» los gobiernos que tratan de afectar a los medios.
Sobre la coyuntura, el editor general del periódico fundado por Roberto Noble aclaró que el «problema» de Javier Milei no es contra Clarín, sino con el periodismo. «El gobierno acusa a los periodistas de ser mentirosos, pero considera que una fake news es libertad de expresión», sentenció.
«Milei se enoja con los medios y los periodistas, porque piensa lo mismo que Cristina Kirchner: conciben que el periodismo no es independiente, sino que responde a determinado estímulo».

Sobre el diario que dirige hace 22 años, el autor de «Malvinas, la trama secreta», – libro premiado que escribió junto a Eduardo Van Der Kooy y el fallecido Oscar Raúl Cardoso – destacó su adaptación a los tiempos que corren.
«Estamos en plena conversión de una empresa analógica a una digital, con todas las dificultades culturales que tiene. Pero claramente nuestra decisión en el 2017 de ir a la suscripción fue correcta«, afirmó.
De Héctor Magnetto contó que es una persona «muy informada y formada». «Magnetto es un gran estratega, ve cosas que otros no en el mundo de la comunicación. Percibe el momento de la época», señaló sobre el director ejecutivo del Grupo Clarín.
«Hablo una vez por día con él. Entre veinte minutos y dos horas, depende el tema», dijo, sin ocultar las críticas, entre ellas, que la imagen de Clarín «la construyó el enemigo«. «No se puso énfasis en construir una propia imagen», contó.
En una parte de la entrevista afirmó que «sin espalda económica no se puede tener independencia». El histórico periódico, a pesar de que hoy vende 60.000 ejemplares por día, cuando en su mejor era llegó a vender 1.300.000, sigue teniendo un rol preponderante en la diversificación de la compañía.
Kirschbaum destacó su valor simbólico. «En la constelación del grupo, el diario Clarín no es el factor económico más importante, pero sí es el símbolo«.
Sobre el impacto de la inteligencia artificial, advirtió que se «corre el riesgo de convertir las grandes marcas en una marca blanca». «Te usan tu contenido, coberturas, y no recibís nada a cambio. Entonces una marca muy fuerte se va destiñendo».
Por esto es que Kirschbaum tiene entre sus tareas «aumentar la calidad del periodismo, buscar y promover talentos».
Para los jóvenes interesados en el periodismo, recomendó estudiar idiomas, «que estudien muchas disciplinas, que lean y que aumenten su cultura general«, hoy «adelgazada» en la profesión -aseguró- por el nuevo entorno digital.
También consideró habilidades inherentes al nuevo periodismo el manejo de las redes sociales, los aspectos audiovisuales, y la posibilidad de promover otro tipo de lenguaje en la red.


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