Psicología Sociedad

Cuando el dolor se vuelve show

Especialista en salud mental, Cao Gené, ofrece dos casos, de Bariloche y San Juan. para ilustrar la violencia simbolica que atraviesa lo social. En La obscenidad de lo siniestro, explica por qué los actos dicen lo que la palabra calla.

Por Macarena Cao Gené

Dos escenas, dos escenarios, una misma trama.

En San Juan, un boliche promociona Halloween con un video donde hombres encapuchados secuestran a una mujer. En Bariloche, un joven se disfraza de “mujer abusada” en su viaje de egresados. En ambos casos, el horror real se vuelve espectáculo y la violencia, broma.

No es solo mal gusto ni exceso juvenil. Es la inscripción de una violencia simbólica que atraviesa lo social, donde lo femenino se despoja de humanidad y se vuelve cosa, víctima o mercancía. Cuando el lenguaje falla, el acto habla. Y allí se revela algo del inconsciente colectivo que goza con el sometimiento, en una obscenidad de lo siniestro: el dolor como show, el espanto como diversión.

Estas imágenes no son inocentes. En una sociedad atravesada por femicidios, funcionan como apología del delito, naturalizando la crueldad bajo el velo del humor o del marketing.

Como psicoanalistas sabemos que los actos dicen lo que la palabra calla. Pero el silencio social también es cómplice. No basta con condenar el gesto individual: hay que mirar el entramado cultural que lo produce, lo aplaude o lo replica.

Interpelar no es censurar: es nombrar lo que la cultura intenta callar.

Porque cuando el horror se celebra, deja de ser ficción: se vuelve síntoma, apología y espejo de nuestra ceguera.

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