El gobernador Axel Kicillof pagó caro en la Legislatura bonaerense para poder endeudarse y ahora espera la autorización del presidente Javier Milei, quien al igual que su «enemigo político soviético» preferido, no quiere oír hablar de default.
Lo contó Pablo Ibañez en Cenital. El viernes hubo contactos informales entre el Palacio de Hacienda y La Plata. A pesar del espadeo público por los dichos de Luis “Toto” Caputo, que retrucó Kicillof con un pedido de resolver “rapidito”.
Con la intervención del diputado y jefe de LLA en la provincia, Sebastián Pareja, parece allanado el OK de Nación para que la provincia pueda salir al mercado a rollear parte de la deuda de “(la antecesora del PRO, María Eugenia) Vidal” y buscar los U$S 760 millones para cubrir lo que gastó en el último pago de bonos.
Kicillof – mencionó Ibañez – habla de la deuda bonaerense como una herencia de la exgobernadora y trata de dar un debate sobre la administración de la provincia que, según un informe de Empiria con datos del primer semestre de 2025, refleja que Buenos Aires fue la administración que menos aumentó su gasto primario comparado con el mismo período de 2024.
Pablo López, el ministro de Economía, defendió el endeudamiento con el argumento de que PBA es austera y, detrás de Córdoba, la provincia con menos empleo público.
Pareja – aseguró el periodista – lo habló en persona con Milei y llevó un menú de condiciones “técnicas” a La Plata. Al final, Kicillof no necesitó los votos libertarios para sacar la ley (aunque Ramón «el Nene Vera» se quedó dormido). Fuera de los asuntos domésticos, a nadie le conviene una potencial crisis de deuda de la provincia cuando el Gobierno espera salir al mercado privado. La Rosada festeja las colocaciones de ON y de los papeles provinciales, el último de Santa Fe, el tercero en los últimos meses luego de Córdoba y CABA.
Por supuesto, para la prensa Pareja dijo que la autorización del endeudamiento para la provincia fue «algo obsceno».


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