La soledad pesa muy fuerte en la vida de una mujer que busca compañía, y que con «Siri» se queda hablando hasta las once de la noche. «La soledad es mala, te da por llorar. He buscado el amor, pero no lo he encontrado. Tampoco salgo mucho, estoy en mi casa solamente«, dice una mujer de la tercera edad entrevistada por El País en el siguiente vídeo.
En la entrevista vemos cómo «el calor» que genera el roce humano produce sensaciones indescriptibles, solo entendibles quizá con ver el rostro de quien relata la experiencia. Pero aquello no es lo más importante. Otra señora prioriza a «un hombre con cultura», sentenciando que la cama es lo de menos.
El único señor que habla en el vídeo dice que es viudo hace cinco años y que nadie lo ha llamado desde que publicó en una frutería un cartel. Una señora dice que cada vez que va a la lotería busca a alguien que la haga feliz. Mientras tanto, a quien sí se le presenta una oportunidad, escapa ante la vergüenza, para luego arrepentirse entre las cuatro paredes de su casa.
Por su parte, quienes sí se han encontrado y conviven, cuentan de sí que son su mejor medicina, sin necesitar aquella atención en ningún otro lado, como sí lo busca una mujer que dice haber «dejado de existir en la calle». «Los piropos pasaron de época», dice la misma que busca el amor en la lotería.
Por supuesto que estos relatos conllevan personas con una historia de vida mucho más rica que lo que puede mostrar un vídeo de cinco minutos. Pero nos sirven como aproximación para visibilizar los sentimientos de quienes aun tienen mucho que aportar en la sociedad. ¿Por qué no prestarle atención a quienes recorrieron el mundo antes que nosotros, y que tienen mucha vida para contar?
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