Por Pablo Perantuono
«Ahora entiendo todo lo que sucedió. Maté a John Lennon para que la mayor cantidad de gente posible leyera «El guardián en el centeno»». Extemporánea, demencial, la frase de Mark Chapman, pronunciada un año más tarde del magnicidio, sigue causando estupor y bronca, aun cuando haya sido dicha más de cuatro décadas atrás. Es una de las tantas declaraciones inéditas que reproduce el documental «John Lennon, una muerte sin juicio», que AppleTV acaba de lanzar coincidiendo con un nuevo aniversario de la muerte del ex Beatle, ocurrida un día como hoy, pero de 1980.
Narrado por el actor Kiefer Shuterland y dividido en tres capítulos, «John Lennon, una muerte…» es un documental periodístico clásico y contundente cuya calidad reside en el trabajo de rastrillaje, hallazgo y producción llevado a cabo por sus responsables. Tiene, además, un atributo añadido, o periférico, y es el hecho de que la enorme mayoría de quienes gravitaron alrededor del hecho y accedieron a participar en el rodaje (médicos, abogados, psiquiatras, policías, conserje, productores musicales, amigos íntimos y hasta una ex novia de Chapman), están vivos y lúcidos, un factor que no hace más que indicar, casualidad o no, la juventud que tenían todos ellos al momento del asesinato.
¿Por qué ese libro?, o mejor, ¿qué operación puede desatar su argumento en la mente de un psicópata? Dueño de una ironía y una sensibilidad tan deslumbrantes como inasibles, «El guardián en el centeno» (1951) es una pieza maestra de JD Salinger en la que se narran las peripecias callejeras y mentales de Houlden Caulfield, un adolescente de pensamiento lateral y absurdo que durante todo un día vaga por el corazón de Manhattan. A través de esa deriva existencial, Salinger convierte a su agridulce criatura en uno de los personajes literarios más fascinantes del siglo XX. Conforme transcurrieron los años, la novela se fue rodeando de un aura de malditismo, y su cautivante legado, como una antorcha de conocimiento, fue pasando de generación en generación. Esa magia es la que embelesó a Chapman.
El documental arranca reproduciendo todo lo que sucedió aquel 8 de diciembre. Mérito del film, dos de los involucrados en aquella negra y fría noche neoyorkina repasan, por primera vez en sus vidas, lo sucedido. El resultado por momentos es devastador. Un largo blues plagado de sinsentido y dolor.
- Imagen destacada, Mark Chapman, el psicóptata que asesino a John Lennon
Humanidad 
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