Por Tobias Käufer (DW)
Con miles de millones de países árabes e inversores de la Premier League, el nuevo presidente de Argentina, Javier Milei, busca privatizar el fútbol de clubes argentino. Para el político conservador, populista de derecha, esta iniciativa representa una gran oportunidad para aumentar la competitividad.
A diferencia de lo que sucede con la economía, que necesita ser reformada y modernizada, en el ámbito del fútbol, las emociones juegan un papel clave. En Argentina, los hinchas son, por lo general, miembros de sus clubes y tienen derecho a elegir al personal directivo. La democracia en los clubes es sagrada para ellos.
Milei pretende animar a los clubes de fútbol a convertirse en sociedades anónimas, para atraer el interés de inversores internacionales. Los clubes podrán decidir por sí mismos si desean hacerlo o no.
La idea detrás de la propuesta es evitar que los clubes argentinos pierdan a sus mejores jugadores, que cambian a clubes extranjeros de primera categoría, sobre todo en Europa, puesto que éstos pueden pagarles más.
En Argentina hay una fuerte oposición a la iniciativa de Milei. César Luis Menotti, el legendario entrenador de la selección argentina que ganó el Mundial de 1978, criticó la propuesta: «El fútbol también es una cuestión cultural y pertenece a los miembros y al barrio en el que creció».
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Jugosos detalles de la presión política, a través del mega DNU presidencial, para transformar al fútbol nacional en sociedad anónima, son revelados por Gustavo Veiga. La AFA y 45 clubes ya anticiparon su rechazo.
En declaraciones a DW, el entrenador de 85 años recomendó al presidente abrir una tienda, si desea hacer negocios. Y es que, para la gran mayoría de los hinchas argentinos, su club representa una mezcla entre mística, religión y patria.
No está a la venta, opina, por ejemplo, Augustín Torres, fan del equipo Huracán, de Buenos Aires. «Espero que no se privaticen los clubes», dijo el joven, quien teme que inversores externos destruyan la cultura de cogestión y limiten o impidan la influencia de los hinchas.
Augustín Sánchez, también fan del equipo del barrio Parque de los Patricios, que se ha coronado cinco veces campeón argentino, comparte la opinión del legendario entrenador Menotti. Teme que los clubes pierdan sus raíces locales, en caso de que inversores extranjeros asuman el control.
«Estoy en contra, porque Huracán es un club del vecindario, dirigido por las familias que van al estadio y pagan sus cuotas de socio», señaló. Para hinchas como Sánchez o Torres, las raíces locales y la participación de los fans son un bien preciado.
En conversación con DW, Sánchez incluso rechazó la posibilidad de que jugadores y multimillonarios como Lionel Messi puedan comprar sus antiguos clubes de procedencia: «El club pertenece al pueblo, no a los jugadores, independientemente de que hayan comenzado sus carreras ahí», sostuvo. «No tiene sentido que algún jugador, una persona o una empresa compre un club con su dinero», agregó.
La propuesta de Milei nació desde la perspectiva de un economista que entiende el fútbol como una empresa (NR: impulsado por detrás por el expresidente Mauricio Macri). En términos puramente económicos, la idea del presidente tiene mucho sentido, si se desea que el fútbol de clubes argentino algún día alcance el nivel de los clubes europeos.
Desde hace una década, solo clubes europeos han ganado la Copa Mundial de Clubes de la FIFA.
La propuesta de Milei no solo cosecha críticas. El exjugador de la selección Javier Zanetti, que durante mucho tiempo jugó para el Inter de Milán y participó en 143 partidos de la selección blanquiceleste, apoyó los planes del nuevo Ejecutivo y difirió de las opiniones como la del exentrenador Menotti.
«La tranformación puede ser una alternativa, que los clubes pueden probar, para ver si es una solución a muchos de los problemas que tienen hoy día», indicó Zanetti, en entrevista con la televisión argentina.
- Con la colaboración de Mariano Campetella


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