Argentina Política

Moreno y Pichetto coincidieron en reorganizar al peronismo, con fuertes matices discursivos

En el programa de radio 10 #LosDiasMasFelices, Moreno, subrayó que la historia la escriben los pueblos. "La escriben los que ganan", replicó Pichetto y desató una andanada de críticas a los planes sociales para bolivianos y paraguayos

Pretendió ser una especie de puntapié inicial para reorganizar el Partido Justicialista y/o el Movimiento Nacional Peronista. Sin embargo, Guillermo Moreno, exsecretario de Comercio (al que algunos sectores internos promueven como postulante a Presidente, como contracara del actual titular del Ejecutivo, el anarco-capitalista Javier Milei), terminó discrepando – amablemente – con el diputado Miguel Pichetto, en el programa #LosDiasMasFelices, de Radio 10.

Todo el tiempo se tiraron flores, pero las discrepancias estuvieron a flor de piel. “Francisco es fundamental”, dijo por ejemplo Moreno, ante un Pichetto que se declaró laico; y, además, sentó posición en contra de la cultura del “pobrismo”, con fuertes críticas a las inmigraciones de países vecinos, en este caso focalizadas en Paraguay y Bolivia, que van “a engrosar el AMBA”, según hizo notar.

“La historia la escriben los pueblos”, reafirmó cortésmente Moreno, acompañado por su compañera Marta. “Lamentablemente – replicó Pichetto con su clásica sonrisa socarrona -, la historia la escriben los que ganan”.  Y para desconcierto (muy bien disimulado) del conductor del programa, se desgañitó en elogios hacia Elon Musk, el magnate norteamericano que maneja las comunicaciones y es privilegiado por el presidente Milei. “Es un superjugador”, reafirmó quien fuera compañero de fórmula de Mauricio Macri en 2015, ante un sedado Moreno, quien le contestó que “es puro aire”.

El ciclo estuvo matizado con la marcha peronista y “los principios y valores” de un movimiento “nacionalista”– según subrayó Moreno – que se mueve en un mundo donde terminó la globalización. Se apoyó en las posturas adoptadas en el presente Donald Trump (a quien le asignó grandes posibilidades de volver al mando de EEUU), Vladimir Putin, Xi Jinping y Emmanuel Macron.

Los dos coincidieron en exaltar la promoción de Juan Perón a la cultura del trabajo, aunque Moreno se inclinó por las empresas nacionales y las cooperativas para desarrollar industrialmente al mercado argentino. Aclaró que nunca el PJ “combatió al capital como factor de producción”, sino para proteger al asalariado.

Todos unidos triunfaresmos

Pichetto aportó aquí la visión de Perón, la tercera posición, compartida con De Gaulle y Nasser, en resguardo “del marxismo y los capitalismo extremos”. Pidió hacer “una autocrítica”, a partir de la crisis con el campo de 2008 y la construcción de una centroizauierda (alrededor de Cristina) luego de 2011) que – señaló – “no tiene nada que ver con nuestra historia”.

Hubo momentos alucinantes. Ninguno de los dos tenía intenciones de confrontar, pero discurrieron por andariveles distintos. Coincidieron en exaltar la labor del extinto Néstor Kirchner. Pichetto se despachó contra “el pobrismo y los movimientos sociales”, y Moreno intentó morigerar esa tesitura poniéndose bajo el paraguas de la prédica papal, ante quien fue embajador.

Pichetto no fue condescendiente. Se pronunció contra “el mapuchismo” que “va en contra de la Constitución de 1853”. Se pronunció a favor de un capitalismo defensivo de los intereses nacionales. No quiso hacer nombres, pero atacó a los “ambientalistas de izquierda que rechazan la minería como punto de desarrollo y también los gasoductos y oleoductos”.

“Para restablecer la soberanía – afirmó -, están las fuerzas armadas y de seguridad, como forma de proteger la Patagonia”.

Moreno, sin exaltarse nunca, puso a resguardo de las organizaciones sociales, a tono con Francisco, y aventuró que “perderán peso específico” cuando “el centro sea el trabajo”. Además, criticó a Milei por promover los monopolios sin controles estatales. Concedió Pichetto que las regulaciones deben estar presentes en los servicios públicos.

Sin que se le saltara la cadena, agregó: “Hay que lograr una síntesis de lo mejor del pasado, con una mirada del presente y del futuro. Se requiere de un liderazgo moderno, comprensivo de los cambios, y no anclado en el estatismo ridíciulo”.

“¿Qué es esto de mejor ser pobre? No coincido con la cosmovisión pobrista de la Iglesia. Ahí no hay destino. El único sujeto del peronismo es el trabajador”, se plantó.

Hubo jugo en la conversación, que acaparó Moreno. Pero Pichetto no cedió posiciones: “Hay que practicar un nacionalismo defensivo. La macro paraguaya es extraordinaria; tiene todo ordenado, sin inflación, pero un 5% de la población concentra la riqueza  y parte del resto se viene a la Argentina”.

“Qué (Marco) Lavagna nos diga cuántos pobres latinoamericanos viven en la provincia de Buenos Aires, con ayuda social”.

“El Santo Padre habla del espíritu…..”, lanzó Moreno.

“…Es un tema medio complicado. Adhiero al modelo francés de 1789, la razón está por encima de las ideas religiosas. Yo no leo la Biblia, ni me rio ni lloro en las Asamblea Legislativas (por la del viernes)a vos si te pasa algo en Bolivia, sos boleta…en los hospitales de CABA hay carteles escritos en ruso. La generosidad argentina no tiene límites. Si hay que tratarlos por algunas emergencias, esta bien, pero en atenciones programadas, no”.

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Periodista. Trabajó en Crónica, NA, DyN, Clarín, Televisión Pública, Canal 13, La Nación y en el diario Río Negro. Becado por la Universidad de Harvard, asistió a cursos de perfeccionamiento en Boston, Estados Unidos. Además estudió en Alemania y Francia.

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