La ciudad de Luján, a 70 kilómetros de CABA, se declaró en alerta por la invasión de un gran número de ardillas que, según las autoridades municipales, afectan los cables de telecomunicaciones, las plantaciones y pueden provocar leptospirosis, una enfermedad bacteriana que se transmite por la orina de animales infectados.
Los simpáticos animalitos de vientre rojo, introducidas a la Argentina en 1970 desde Bélgica, con fines de embellecimiento, ya se han comido cientos de cables de luz, de televisión e internet. Además, su inesperada presencia masiva, también está generando ruidos molestos, acumulación de brusquedades y olores nauseabundos.
«Aunque aún no fue declarado oficialmente, podemos considerar a las ardillas una plaga y una especie perjudicial», afirmó la bióloga de la Universidad de Luján, Mariela Borgnia.
Por su alta tasa de reproducción y el no tener depredadores naturales, favorecieron que se extiendan por toda la región, con los problemas que ello conlleva.
Humanidad 
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