«Debemos dejar de matarnos», dijo la Nobel de Literatura Han Kang

La reciente ganadora del Premio Nobel de Literatura, la surcoreana Han Kang, afirmó que no desea ser centro de atención, sino vivir en paz y concentrarse en su escritura. Fue su primera explicacion de por qué, hasta ahora – según el portal Llibres, de Asia -, no había aceptado realizar ninguna entrevista tras la sorprendente noticia.

Desde su casa de Seúl, hablando en inglés, dijo a la cadena pública sueca SVT, que necesitó tiempo para reflexionar. «Cuando me entrevistaron del Comité no entendía bien lo que me decían, pero al final comprendí que era real», asumió.

Sobre declaraciones de su padre diciendo que no quería hacer una celebración pública, quizá por la situación mundial – la guerra en Ucrania, por ejemplo -, contestó primero que lo había festejado «con su hijo tomando un té de manzanilla».

Habló de una «confusión», pero admitió que su padre quiso hacer una fiesta con la gente de su pueblo. «A mi – reconoció -, no me gustó la idea, así que le pedí por favor que no la organizara, pero por otros motivos».

Enigmática, agregó: Sí, es verdad que quiero estar tranquila y que hay muchos problemas en el mundo. Deberíamos ser más reflexivos. Ese fue mi pensamiento y por eso le pedí que no hiciera un gran banquete».

Consultada sobre las enseñanzas que pueden dejar a las personas el hecho de enfrentar eventos históricos tan terribles, Kang contestó: «Hemos tenido muchas oportunidades de aprender de la historia y a través de las palabras, pero parece que la historia se repite».

«Espero que, al menos – señaló -, algún día podamos aprender del pasado. La conclusión más evidente es que debemos dejar de matarnos».

Han Kang aseguró que el premio no cambiará su manera de trabajar. Dijo que se seguirá tomando su tiempo. La última novela, «No me despido», le llevó siete años.

Adelantó que asistirá a la entrega del galardón en diciembre y está redactando un ensayo para leer en esa ocasión. Es posible que allí sea más precisa sobre las preocupaciones que la aquejan.