«Chacho» Álvarez, exvice, reconoce no tener autoridad para hablar

Dice lo que deberían exponer muchos dirigentes fracasados en la Argentina. «No tengo autoridad para hablar», afirma Carlos «Chacho» Álvarez (el vicepresidente que con su renuncia tras denunciar coimas a los senadores, precipitó la huída en helicóptero en 2001 de Fernando De la Rua),a algunos parroquianos del bar Varela Varelita, que frecuenta en el barrio de Palermo.

Según el informe publicado hoy en La Nación, el exmandamás del Frepaso (que se alió con la UCR para tratar de terminar con la corrupción menemista en 1999), reconoce que su actitud fue decepcionante y que no pudo detener la orgía especulativa y acomodaticia de sus excompañeros cuando accedieron al poder.

Está ensañado consigo mismo. No da entrevistas y cuando los clientes se le acercan para saludarlo y sonsacarle alguna idea de la actualidad, explica que es un político del pasado. Empero, no se priva – con lógica – en tirar algunos ejes refractarios en la Argentina libertaria de hoy: es imposible construir un país sin una macroeconomía ordenada; hay que enfrentar el problema de la inseguridad y encarar una regeneración moral. ¿Cómo? Logrando consensos alrededor de reglas básicas, cualquiera sea el ganador de las elecciones. Así como vamos, nada prosperará. Nadie recoge el barrilete.