Lo blanquearon el presidente Javier Milei y sus replicadores mediáticos: se trabaja con funcionarios del Tesoro de los Estados Unidos para que la Argentina, antes de la reunión bilateral del libertario con el republicano Donald Trump, prevista para el martes, logre el cierre de un acuerdo que le permita al gobierno contar con un amplio préstamo (¿30 mil millones de dólares?) destinado a pagar vencimientos de la deuda y fortalecer las reservas del Banco Central.
Se palpitan los nervios para la apertura de hoy en la jornada bursátil en Buenos Aires. El cocinero de Humanidad sondeó en la city porteña. Estableció que se está modelando una contingencia tipo gatillo para calmar cualquier desborde.
El pago de los vencimientos de enero de 2026, cercanos a los 5 mil millones de dólares, son una prioridad. Pero antes, claro, hay que dar señales de apaciguamiento a un mercado demasiado desconfiado.
Están frescos los efectos deletéreos de la elección en la provincia de Buenos Aires del 7 de septiembre, la reacción dísimil posterior de Milei ante un Congreso parado de manos y la espera al pronunciamiento explícito de Estados Unidos, que considera a la actual administración de la Argentina una aliada estratégica incondicional.
El 26 de octubre – dia de las elecciones nacionales de medio término – está cerca y lejos a la vez, como una maldición. En el área econónica controlada (o no) por Luis «Toto» Caputo, no se descarta que el drenaje de reservas continue. Ante ello, se debería conseguir una autorización del Norte para flexibilizar la banda cambiaria o apelar directamente a los controles.
El manejo de la situación se vislumbra difícil, sino imposible. Algunos dólares ya cruzaron la barrera prohibida, aunque hay decisión de clausurar cualquier «Puerta 12». Se trata del hora a hora, minuto a minuto, día a día. Todo es muy volátil.


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