La mesa está servida en el departamento de San José 1111 para que en los próximos días, la encarcelada expresidenta Cristina Kirchner reciba al gobernador Axel Kicillof, para definir cómo se transita el último mes hacia las legislativas del 26 de octubre. Lo harán con la novedad de que las fuerzas libertarias de Javier Milei se sienten tonificadas por el espaldarazo de Estados Unidos, vía Donald Trump y Scott Bessent, portador de la llave del Tesoro americano.
Las tensiones entre el mandatario bonaerense y las huestes de La Cámpora, de Máximo Kirchner, fueron visibles a lo largo de este año, que concluyó con una victoria tipo «paliza» de Fuerza Patria sobe La Libertad Avanza, en las provinciales del 7 de septiembre.
La iniciativa del desdoblamiento, partió del ministro Carlos Bianco y contó tanto con el apoyo de la mayoría de los intendentes del AMBA, como el rechazo explícito de Cristina. No obstante, logrado el ensamble electoral, se pondrá ahora el acento en la conjunción ideológica que exhibe en la lista bonaerense al excanciller Jorge Taiana y al dirigente social Juan Grabois, también con peso en el distrito porteño, usualmente refractario al peronismo.
Kicillof, quien tiene previsto desglosar mañana el anunco de Bessent, sus implicancias y condicionalidades mantenidas en reserva, impulsó una lista opositora con sindicalistas de centrales obreras. «Huguito» Moyano (CGT) relegó las diferencias a un plano secundario, en tanto que el radical bancario Sergio Palazzo, buscó construir la victoria con Axel y Cristina en el mismo andarivel. «El proyecto y la libertad (de la expresidenta) van de la mano», dijo.
Llamaron la atencion, además, unas declaraciones del desorientador gastronomico Luis Barrionuevo. No dejó muñeco con cabeza – hasta defenestró a Milei, a quien llegó a respaldar -, pero preservó a Kicillof. Lo encuadró como «honesto y sorprendentemente práctico», aunque desconoció la jefatura de Cristina.
En su columna dominical de hoy, Horacio Verbitzky aseguró que pese a ser refractaria al desdoblamiento, fue Cristina y no Axel quien «aseguró la unidad» ante la obstinación de lo que definió como el «carlibianquismo». Supeditó el éxito del peronismo en el mayor distrito del país cuando, el 27 de octubre, se contabilicen las bancas que obtenga cada lista. «Ahí se verá si fue una buena idea», concedió.
El tribunal que entiende en la causa de Cristina autorizó la visita de Kicillof a la prisión domiciliaria del barrio de Constitución. Habrá que ver como se clarifican las responsabilidades de ambos de aquí en más.
Para Verbitzky, «el kirchnerismo (parece que no ubica allí a Kicillof) no retaceará su apoyo a la campaña naciona, que se inició con un spot de Taiana…la duda – dijo – es qué harán los intendentes que ya estabilizaron sus asientos municipales».
Para el director de «El Cohete a la Luna», al no promover Kicillof a ningún jefe comunal, les quitó entusiasmo hacia el futuro inmediato (algo por verse), ya que se habrían asegurado «techo y lecho».
Otro interrogante abierto es qué hará el movimiento (al que anatematizó el designado embajador trumpista Peter Lamelas), ante los nuevos empréstitos que la oposición intentará examinar en el Congreso. Kicillof y Máximo tienen que definir este punto.


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