«La hora decisiva es inminente», lanzó la flamante Nobel de la Paz María Corina Machado (el 10 de diciembre recibirá la distinción en Oslo), en vísperas de lo que parece ser el comienzo de una inminente acción armada de los Estados Unidos en Venezuela para poner fin al régimen de Nicolás Maduro.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en un juego enigmáticamente cruel, dijo saber «más o menos» los objetivos a alcanzar en el país caribeño por el gigantesco despliegue militar ordenado por el Pentágono: Lanza del Sur.
Desde la clandestinadad, Machado emitió un mensaje inquietante a las fuerzas des seguridad de su país: «Tomen la decisión de acompañar la libertad de Venezuela cuando llegue la hora precisa. Lo que va a pasar ya está pasando«, instó en un tono pausado dirigido «a quienes hoy ejecutan las órdenes infames del régimen».
«Queridos venezolanos, el rugido de esta tierra que exige libertad crece y resuena dentro y fuera del país. Treinta millones nos revelamos ante un régimen criminal que va de salida«, dijo en su audio de tres minutos.
Escalando en las advertencias, sentenció: «Esa hora decisiva es inminente. La posición que cada uno tome marcará su vida para siempre. La historia, la ley y el pueblo venezolano serán sus jueces. Llegada la hora, salgan a abrazar a su pueblo. Tu sabrás muy bien cómo y cuándo dar ese paso porque todo a tu alrededor será inequívoco».
«Se un héroe y no un criminal; se un orgullo y no una vergüenza para tu familia; se parte del futuro luminoso de Venezuela y no de la ruina que la tiranía destruyó. Este día que se acerca, únete a nosotros. Venezuela y tus hermanos te esperamos», cerró.
La operación norteamericana, en la que actua el Comando Sur de EEUU se realiza «bajo la misión de defender nuestra patria y expulsar a los narcoterroristas de nuestro hemisferio». Lo declaró el secretario de Guerra, Peter Hegseth, al sentenciar además que «el hemisferio occidental es el barrio de Estados Unidos y lo protegeremos».
Argumentando el combate contra el narcotráfico, la administración trumpista escaló su ofensiva contra carteles latinoamericanos, con los que entró en «conflicto armado directo» por considerarlos «terroristas».
Desde septiembre hasta ahora Washington atacó lanchas y hundió al menso 20 embarcaciones, matando a 75 personas que viajaban a bordo.
El despliegue incluye el portaaviones USS Gerald R. Ford, que llegó a aguas caribeñas esta semana. El buque pesa más de 100.00 toneladas y puede transportar a más de 4.000 marineros y decenas de aeronaves tácticas.
Washington también mandó fuerzas terrestres a Panamá. Es la primera vez en más de dos décadas que el Ejército estadounidense desplaza al país tropas convencionales. Tanto Estados Unidos como Panamá han negado que ese movimiento tenga algo que ver con las operaciones del Caribe.
Este despliegue militar también ha tensado la relación de Washington con el presidente colombiano, Gustavo Petro, acusado por Trump de ser «narcotraficante» y sancionado económicamente en consecuencia. Petro ha rechazado los ataques a las lanchas tachándolos de «ejecuciones extrajudiciales».
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