–Mujer deslumbrante, se escuchó el elogio (no importa si varonil) a una dama de expresión serena y figura delicada en un comercio del centro de la ciudad balnearia argentina. -Será porqué hago yoga, contestó la mujer que tres veces por semana concurre al Centro de Jubilados y Pensionados de Pinamar (CEJUFEPI), para ajustarse a una disciplina india que imparte la profe Brenda Cabrera, diosa de la tolerancia y la empatía para quienes abrevan en ella.
Es que hoy podrán verse los resultados del trabajo de todo un año en el Teatro De la Torre: se pondrá un moño mágico y pinamarense a los talleres 2025, entre otros de teatro musical, folklore, zumba, coro y expresión corporal.
Será a partir de las 7 de la tarde. “El yoga (unión, esfuerzo, en sánscrito) mantiene la osamenta activa y estirada; te hace tomar consciencia de tú cuerpo y conectarte con vos mismo”, comenta una juvenil veinteañera que practica diariamente el revitalizante ejercicio físico, espiritual y mental mientras recorre países de América Latina.
Persuasiva y convocante, durante las sesiones de once meses (que incluyeron regocijos en la playa a las 8 de la mañana los meses de verano, con la suma de artistas rusos bailarines inspiradores), Brenda – ineludible punto de referencia -, se esmeró en lograr avances palpables de sus vitales alumnos adultos en técnicas de flexiblización. La meta: iluminar sin enceguecer.
–Una respiración de limpieza, es su llamado a una inspiración profunda que termina con una expulsión del aire contenido en los pulmones, mientras se recitan mantras que esta tarde deleitarán a los concurrentes del teatro céntrico: “So Ham” (yo soy eso), será musa inspiradora con exhalaciones potentes, que ayudan – podrá observarse – a calmar la mente, purificar la energía y hacer sentir la comunión entre uno mismo y el universo.
Humanidad no quiere spoilear. Pero no puede con su genio. Anticipa que Brenda intentará dejar expuesta la conexión con el alma de cada uno de los presentes, con un sonido ancestral y sagrado. Escuchar y repetir el recitado conduce a la luz y a minimizar, saludablemente, los problemas cotidianos ¿Habla el alma? Es lo que procura demostrar Brenda.
Con cada suspiro, una sanación. Un vibrar con amor, abstrayéndose de los problemas. ¿Un oasis? Sí, descubre un paraíso terrenal y el autoreconocimiento más allá de las tormentosas facetas domésticas. Los saludos al sol y la luna conectan con ideas pacificadoras, nivelando en algo la despareja lucha contra los males expuestos en carne viva en todo el mundo.


exitos!