La imprudencia del “espontáneo” banderazo de esta tarde, imaginado por opositores al Gobierno, en medio del pico de la pandemia, hace recordar a dos automovilistas qué tras discutir en plena ruta, se bajaron de los vehículos para tomarse a golpes de puño. Tuvieron tan mala fortuna que un tercer vehículo que venía por la carretera los atropelló accidentalmente: ambos murieron.
No es buen momento para pelearse hoy por “la Patria que quería San Martín”. Alberto Fernández presidirá al mediodía el acto en el Regimiento de Granaderos a Caballo, de Palermo y los convocados por las redes, merodearán en auto o a pie en la juntada callejera a eso de las 4 de la tarde. Patricia Bullrich, el diputado Fernando Iglesias, la “jubilada” Lilita Carrió y el lloriqueante “Beto” Brandoni, juraron que ellos no incitan, solo defienden las «instituciones». Como si no hubiera democracia y pandemia.
“Es una invitación al contagio”, ironizó Alberto, mientras Horacio Rodriguez Larreta y el gobernador radical Gerardo Morales, entre otros integrantes del Cambiemos con funciones ejecutivas, desaconsejaron la movida en esta coyuntura tan peligrosa, pero aceptan movilizaciones disonantes, siempre que guarden distanciamiento social y los protocolos sanitarios.
Todo muy loco. Hace unos días, Humanidad publicó una nota (discutible, por cierto) que afirmaba que la estupidez es peor que la maldad. Coincidió el escritor Guillermo Martínez, al señalar que la única astucia del virus es contar a su favor con la estulticia humana.
El ¿halcón? Mauricio Macri supervisa a los republicanos desde Europa. Aquí, como no podía ser de otra manera, el ministro Agustín Rossi, atendió a las aceptan las críticas, pero propuso debatir y afirmó que la marcha del 17A “es un atentado contra los argentinos». Lo apoyó la titular del PAMI, Luana Volnovich: “¿jugar con la salud de los viejos?”. El ministro porteño, Fernán Quirós, siempre medido, fue ecléctico: «Banco la expresión popular, propongo que lo hagamos con respeto».
¿Los motivos del banderazo, que replica otros anteriores? La disconformidad con la cuarentena que lleva, con distintas fases y acatamientos, 151 días, la oposición a la reforma judicial, la supuesta impunidad que pretendería alcanzar la Vicepresidenta (que no fue presa durante los 4 años del macrismo) y, genéricamente, las faltas de libertades en una situación económica delicada.
Para Alfredo Zaiat, el periodista de Página 12 que aconsejó leer Cristina Kirchner, por lo acontecido el 9 de Julio, hay “objetivos inconfesables”, relacionados con la vuelta al trabajo con regímenes más flexibles, el “periodismo desencajado” y la anticipada disputa política. Falta más de un año para las elecciones legislativas de 2021.
No todo es tan lineal Zaiat. Ayer, trabajadores del diario La Nación, pidieron a los responsables editoriales abstenerse de promover notas “que pongan en riesgo la salud y la vida de la población: ya superamos los 5 mil muertos. No debemos promover más excesos”. Un poco de cordura. Hace hace falta.
La necedad no es solo cuestión de argentinos. Se replica en otros lugares del mundo. Es “en defensa de la Constitución”, expresó desde su recoleto refugio campero la líder no líder de la Coalición Cívica.
Hoy veremos qué grado de civilización alcanzamos y cuánto admiramos a San Martín.


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