Desmalezar lo que declara Elisa Carrió, líder de la Coalición Cívica, integrante del opositor Juntos por el Cambio, tiene sus dificultades. Para propios y extraños. Anoche dio algunas coordenadas: dio por cerrado “el embate” del Gobierno contra la Corte Suprema (“está consolidada”, aseguró), aceptó que por el coronavirus hay que postergar un mes las PASO y las legislativas (diferenciándose de los duros Mauricio Macri y Patricia Bullrich) y no se privó de atacar a la vicepresidente Cristina Kirchner por “caprichos que rozan lo inconstitucional”.
En un canal de cable “amigo”, que la dejó explayarse mientras fumaba un cigarrillo desde su casa, en Exaltación de la Cruz, no ahorró críticas por el manejo de la pandemia y se opuso a la vuelta a “un confinamiento total”, como el que propuso entre otros el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni.
A contracorriente, volvió a despotricar “por la alianza entre Cristina Kirchner y Rusia” para conseguir la vacuna Sputnik V de manera centralizada.
Sumergida en el terreno judicial, destacó “la integridad total” del Procurador General interino Eduardo Casal, aunque insistió que en el Senado están “los dos tercios” para reemplazarlo por Daniel Rafecas, propuesto por el presidente Alberto Fernández.
“La que no quiere tratar el tema, la que obstrucciona (sic), es Cristina Kirchner”, aseveró.
No trazó un cuadro tan límpido en la cámara de casación penal, pero consideró que las imputaciones, entre otros contra Gustavo Hornos y Mariano Borinsky, no son sólidas. De paso, se burló de “la Comisión Beraldi” y minimizó la influencia del juez de la Corte Ricardo Lorenzetti: “Sus rebeldías pasaron a segundo plano”, sentenció.
Puesta en fiscal, “Lilita” advirtió a los jueces: “el que sea injusto no podrá salir a la calle en la zona donde vive…los acomodaticios tendrán que elegir entre la condena social más terrible o hacer justicia. Para eso se les paga”.
Ya como analista, observó que a “Alberto le falta equilibrio emocional”, en medio de una pésima situación económica e inflacionaria y “una diplomacia de las vacunas con países antidemocráticos”. En tal sentido, dijo que el gobierno de Vladimir Putin “es una dictadura”, como lo fue la de Stalin y el de «China es una dictadura planificada, pero es una dictadura”.
Apostó “Lilita” por Estados Unidos de Joe Biden, y su retorno “a la cumbre del cambio climático, la defensa de la democracia y los derechos humanos y de la República. Si Europa está en lo mismo, se podrá hacer frente a los avances de la autocracia y los Estados de excepción”, se plantó.
Sorprendió, al justificar la postergación de las elecciones, la reprimenda que le hizo a los dirigentes políticos, en general: “están peleando por un cargo a diputado…es una inmoralidad…si recién asumirán en diciembre. No hay que ser tan mezquinos y llamar a votar en el peor momento de la Argentina, solo para ganar”.
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