Con Martín Guzmán como chivo expiatorio, la vice Cristina Kirchner avanzó en lo que se supone es una tregua política en la coalición gobernante. “Su dimisión por Twitter (el sábado pasado, mientras ella hablaba en Ensenada), es un acto de irresponsabilidad, ingratitud y desestabilización institucional hacia un Presidente (por Alberto Fernández) que lo había bancado como a nadie”, sentenció esta tarde en El Calafate. En su exposicion de 38 minutos “no revoleó a ningún ministro”, y volvió a pedir “hablar claro entre nosotros sin hacer nombres”, con eje en la resolución de la “economía bimonetaria, sin dogmatismos, sean de derecha o de izquierda”.
Su discurso, con tanto agite en el Frente de Todos, seguramente tendrá diferentes lecturas. “La Patria, el país, merece una discusión en serio de los problemas que tenemos los argentinos”, señaló sin “renunciar a mi historia ni pedir a nadie que renuncie” a la suya. Acotó que “en el mundo todo tiende a agravarse. Mira afuera y ¡Dios mío!…tenemos que encontrar un punto en común sin rencores y con paz social, sino no habrá Argentina para nadie”.
Con la misma personalidad avasallante de siempre – recriminó, como anécdota, a la locutora por presentarla como “excelentísima” -, Cristina elogió sin mencionar por su nombre y apellido, al ministro de Turismo, Matías Lammens, por la “excelente” idea del pre-viaje. Aunque no dejó de recomenar que en la renovación de la iniciativa, se acuerden precios con los sectores dedicados a la gastronomía y hotelería. Apuntó que ambos, con el textil, son los que más incidieron en el alto índice inflacionario.
Los cañones estuvieron dirigidos a la administración del PRO de CABA, por ser el distrito que “más gasta y no produce dólares”, al contrario de lo que sucede en Santa Fe, Córdoba, provincia de Buenos Aires, Chubut y Santa Cruz, en ese orden, según mencionó.
“Se pueden hacer políticas mejores”, sentenció e incluso repitió una frase que siempre utiliza Carlos Melconian, con quien recientemente habló casi tres horas. “Se comportan (los que se llevan los dólares al exterior) como adictos. Cuando no los dejas sacarlos te dicen: ´De cualquier forma te los voy a sacar, por las buenas o por las malas´. Sobre esto hay que hablar, sino el año que viene aunque gane Mandrake no lo vamos a solucionar”.
Tuvo palabras de elogios para uno de los suyos, el ministro del Interior, Wado de Pedro, por su postura dialoguista en una reunión organizada por el titular de la UIA, Eduardo Funes de Rioja. Lo puso como ejemplo por la manera de encarar conversaciones “con números concretos, acordando sobre la economía bimonetaria”, presente – expuso – en todas las crisis, con un círculo vicioso que gira alrededor de “la histérica” escasez de dólares, las corridas bancarias, la inflación y las devaluaciones.
A pesar de la enjundia con la que manifestó su pensamiento, señaló estar dispuesta a conceder para que “los industriales vuelvan a producir”. Acotó que “nadie debe sentirse dueño de la verdad, ni tener la vaca atada”.
“Quiero ayudar, sin callarme la boca ni esconder la mugre debajo de la alfombra”, expresó a propósito del entredicho que tuvo con la firma Techint, de Paolo Rocca “Se ayuda diciendo la verdad. Y si estoy equivocada, que me convenzan…con argumentos y razones me llevan a cualquier lado, con trompadas y cachetadas, no…”.
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