Por Hugo Haime (Perfil)
Los últimos acontecimientos políticos judiciuales, parecen camviar el eje unívoco que se había trazado el gobierno nacional: poner en orden la economia, para reducir la brecha de la desigualdad; ajuste fiscal, paritarias libres, aumentos a los jubilados, quita de subsidios de servicios públicos a quienes puedan pagarlo, y patear la deuda en pesos, son caras de una misma moneda.
La tensión entre el orden en las cuentas públicas y redistribución del ingreso siempre van a estar presentes y más en este momento. Por ese estrecho desfiladero cabalga el ministro de Economía, que logró un leve crecimiento de las expectativas. Pero en la agenda política algo cambió. En el mismo momento en que Diego Luciani pidió 12 años de prisió para Cristina Kirchner y ésta ejerció su defensa mediática acusando al fiscal y a los jueces de parcialidad, estar al servicio de Macri y perseguirla no solo a ella, sino a todo el peronismo, cambió el escenario político. Hasta ese momento quienes más hablaban de lawfare eran los pertenecientes al núcleo duro kirchnerista.
A partir de allí el justicialismo todo se ve envuelvo en la causa de la vicepresidenta. Sean kirchneristas o no lo sean, todos terminan diciendo: «Todos con CFK». Unos lo dicen pidiendo un juicio justo, otros hablando de persecución, pero a los fines todos terminan en el mismo barco.
El alerta declarado por el PJ Nacional y distintas regionales frente a lo que consideran una persecución a la dirigente partidaria que más votos tiene, condiciona la agenda del Gobierno y el devenir electoral del Frente de Todos.

La movilización de que la que se viene hablando sea para el 17 de Octubre o fecha similar, será una prueba para saber hasta dónde puede llegar esta estrategia que puso en estado de movilización a la militancia partidaria que encuentra al fin, una causa y una mística por la que salir a pregonar. Mística que habían perdido ante la decepción que a muchos les generó la acción del Gobierno.
Por supuesto la situación también le da aire a los halcones de la otra coalición: que no solo cuestionan a la vicepresidenta y apoyan al fiscal sino que piden el juicio político al Presidente. Vale anotar que en agosto, al calor de las declaraciones de Elisa Carrió, la mayoría de dirigentes de Juntos cayeron en imagen.
El efecto negativo Carrió no se produce porque la opinión pública haya escuchado detenidamente sus palabras, sino por la percepción de que los políticos de la oposición están enfrascados en sus problemas y no en los de la ciudadanía.
También el pedido de juicio político al Presidente y las acusaciones hacia Cristina le dan mística y sentido a la oposición. Tenemos hoy dos fuerzas políticas que se acusan mutuamente de atentar contra la democracia. Unos porque hablan de una democracia incompleta, de una Justicia parcial que atenta contra el derecho de los ciudadanos de tener igualdad ante la ley, y que además, en su parcialidad protege hechos corruptos que se produjeron durante el gobierno de Macri. Y tenemos a los dirigentes de Juntos acusando al gobierno nacional, al Presidente y a la vicepresidenta de poner en riesgo la República al cuestionar el accionar de la Justicia en general y las acusaciones que pesan sobre Cristina Kirchner en particular. También la Justicia dice sentirse presionada y acusa al Ejecutivo de injerencia en otro poder. ¿Pero cuánto de esto puede conmover a una ciudadanía que es crítica del conjunto de la dirigencia política y que no encuentra solución a los males de su vida cotidiana? A la preocupación por la inflación se suma un creciente temor por los robos y asaltos violentos.
Y si hay un enojo de la ciudadanía con la Justicia es que los delincuentes siguen entrando por una puerta y saliendo por otra. La política tiende a mirar a Comodoro Py, el vecino a la Justicia ordinaria. La campaña electoral se adelantó, la polarización aparece en su máxima expresión, pero: dónde queda la agenda del ciudadano de a pie y en qué medida el cambio de agenda oficial no perjudica el plan de ordenamiento económico son las preguntas que quedan flotando en el aire.
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