-Estoy atendiendo a una persona en la ferretería. Hablemos en cinco minutos, porfi…, nos dice Jorge Barrio – Jorgito, a partir de ahora en más -, este lunes, después de un mes fenomenal, en el que se subió al podio en tres carreras top de TC2000 en los circuitos de San Juan, Buenos Aires y Olavarría.
Es un lindo pibe, con cara de nene. Sin embargo, con apenas 18 años, este pinamarense ya se codea con los grandes del automovilismo local y regional, adora a la familia – a su padre, en especial, al que “le debe” estar donde está – y, cual filósofo de pueblo, busca el “equilibrio” entre la riesgosa carrera profesional que eligió vivir “día a día” y la alternancia con el trabajo y las relaciones juveniles. Con uniforme negro de vendedor, charló en exclusiva con Humanidad.
-Venís en racha ganadora. Estás hablando con alguien que es refractario a los fierros ¿Cuándo nació tú pasión por este deporte? ¿El automovilismo es todo para vos?
–¿Todo? Lo era cuando era chico, a los 4, 5 y 6 años. Ahora no es todo. Es un gran todo. Estoy creciendo, tengo más responsabilidades, veo lo que ocurre a mi alrededor, hay otras cosas…bueno, ahora no es todo, pero sí es un 85%
-(Risas) ¿Cómo empezó el magnetismo hacia los cuatrimotores?
-Jajaja…Desde la cuna. Mi papá (Jorge también) corría zonalmente, como amateur y me inculcó esa pasión. Mi mamá, Silvina, nada que ver. Me gustaban ver carreras de todo tipo…nacionales, de Fórmula 1 y se me dio la oportunidad cuando tuve frente a mí unos kartings. Me encantaron.

-…y quedaste atrapado…
-Sí. Ocurrió algo muy gracioso ya cuando fui con mi papá. Giraba con otras personas grandes…Después de poner tres o cuatro fichas, me quiso llevar. Los vagos no lo dejaron: No te lo llevés…y seguí corriendo. Cuando cumplí 6 me regalaron mi propio karting y en diciembre de 2010 me fuí a competir a Mar del Plata. La familia acompañó siempre. A mí hermana le gustan los deportes. Sin el apoyo de ellos no sería nada…
-¿Y así fuiste moldeando tu personalidad?
-Jajaja. De chiquito era bastante calentón, pero con el paso de los años fui aprendiendo que si te calentás perdés. Eso me enseñó a disciplinarme. A respirar hondo, a pensar, no actuar en caliente…me enojaba mucho conmigo y hasta me iba llorando, porque soy muy resultadista. Así fui aprendiendo hasta conseguir mi primer campeonato zonal de karting Mar y Sierra.
-¿Algún porrazo te marcó?
-Sí, claro. Me di uno bastante fuerte y me acuerdo que quería seguir corriendo, golpeado y lastimado…repetir y repetir. No me dejaron, estaba en una escuelita.
-¿Soñabas con ser piloto y ser aclamado?
–No sueño eso. Quiero ser alguien, con muchas ganas, pero no sueño. Dejo que las cosas fluyan y que pase lo que tenga que pasar. Soy más del día a día, de vivir el presente.
-¿Tenés ídolos? Ayer, en Olavarría corriste y aventajaste a Ian Reutemann, (sobrino nieto de Carlos Alberto Reutemann).
-Sí, es un pariente de “Lole”. Pero no, no tengo un preferido. Me gusta sacar lo mejor de cada uno: no solo es talento, también es trabajo, moverte bien arriba y abajo del auto. Presto atención a lo que sucede en la pista y también fuera de ella. Observo: cómo declaran, cómo se mueven y tomo las mejores cosas de los deportistas, no solo del automovilismo. Busco ejemplos, actitudes.
-Definite…
-…no soy conformista. Ya te dije, soy resultadista, insaciable, un perfeccionista que desea trascender. Ser rápido arriba de un auto y solidario como persona. Un compañero chocó feo contra un paredón en el final de una clasificación, casi entrando a boxes y me bajé para auxiliarlo…
-A tu padre se lo ve siempre al lado tuyo ¿Qué te aporta?
-Muchísimo. Somos un equipo, desde siempre. Discutimos y las decisiones las tomamos en conjunto. Tenemos la mismas ansias de ganar. Admiro su inteligencia, lo tengo muy en cuenta. Claro que tiene que ver con lo que soy…mi mamá se resistía, pero se terminó acostumbrando.

-¿Te interesan otras cosas además de correr?
-No me gustaba estudiar, pero materias no me llevé ninguna. No está bueno dedicarse a una sola cosa, trato de estar informado, ver videos de actualidad y leer las noticias.
-¿Por qué decís en tono de crítica que un argentino no volverá a correr en F-1?
–Argentina no influye en el circuito como otros países. Además de encontrar un corredor muy talentoso, hay que tener mucho interés y respaldo económico, como sucede en China y Brasil, por ejemplo. El gobierno nacional aporta muy poco y no se propone que haya un Gran Premio en el país. En los últimos 20 años se quiso subir (Norberto) Fontana y duró muy poco.
-¿Sentís falta de respaldo? ¿Qué pasa con las autoridades de Pinamar?
–Las autoridades de Pinamar tampoco demuestran un interés particular por el deporte. No se acercan, como sucede en General Madariaga. Gané el campeonato de la fórmula Renault y en TC 2000 y acá es como si no hubiera pasado nada. A los deportistas los apoyan con cuentagotas. Fíjate cómo lo recibieron a Luciano Caraccioli (con una caravana, con todo el pueblo en la calle) en Madariaga y cómo me reciben a mí. No les interesa difundir el deporte, ni siquiera por orgullo pinamarense…y vengo de ganar en tres categorías nacionales…
-…Es extraño por lo menos…con el fervor que se observa en otros pueblos…
-Acá no. Hace un tiempo, con motivo de las elecciones, me invitaron a un desayuno con el intendente (Martín Yeza, del PRO), sin antes tener un reconocimiento público. Querían usarme políticamente y no acepté.

– ¿Cómo ves la situación del país?
-No me siento lo suficientemente capacitado para opinar. Pero observo la realidad con tristeza…Hay peleas por intereses personales, cuando tendría que haber patriotismo y un sentimiento nacional. Yo voy a seguir apostando, aunque no está mal en algún momento salir a probar suerte afuera. La Capital Federal y el resto del país parecen dos países distintos. La gente del interior es más contenedora, más humana.
-¿Sos de planear el futuro?
-Cómo te dije, vivo el presente…lo que haga más adelante dependerá de cómo vayan sucediendo las cosas. 2022, para mí, es un año experimental. Ya no soy telonero, estoy en la categoría máxima, jugando en primera. Estoy manejando autos que no conozco tanto y aprendo de mis errores.
-Ya me aclaraste que no soñás. ¿No te imaginás en F-1?
No. Ya estoy grande y estoy muy lejos para arrancar ahora. No tengo una meta de máxima. Te dije: dejo que las cosas fluyan y que pase lo que tenga que pasar. Mi pasión es el automovilismo, pero no quiero ser consumido. Miro para otros lados, a mis amigos, y trato de hacer las cosas comunes más o menos igual que los otros chicos de mi edad. Tomar mate con ellos, por caso.
– ¿Nikki Lauda o James Hunt?
-Las cosas buenas de los dos. De Lauda, la perserverancia y la disciplina y el talento; de Hunt, también el talento y el carisma. Soy carismático cuando estoy de buen humor. No quiero ser extremista, busco un equilibrio entre el profesionalismo y la adolescencia.
-¿Te preocupan los jóvenes que caen en la droga?
-Yo no doy con ese perfil. Está en uno decidir. Hay libertad. De mi parte, no le encuentro sentido. Me criaron y me enseñaron en un ambiente sano.
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