Yeza empezó a despedirse de su gestión en Pinamar

Anoche se celebró en Pinamar la cuarta edición de «La Noche de los Hoteles», una creación pensada por la Municipalidad con miras al entretenimiento puro y único de los pinamarenses, aunque abierto a los turistas que en esta época primaveral se corrieron hasta la costa a disfrutar de sus magníficas playas y buen clima.

Fueron tres los establecimientos con posibilidades, en diferentes horarios, de ser visitados: El Apart Hotel Ville Saint-Germain, en Cariló; el histórico Playas Hotel (donde se sirvió café, hubo exposición de fotos antiguas con el mentor Bunge como protagonista principal, en los años 40); y el Hotel Savoia, en la trabajadora y pujante localidad de Ostende. En cada uno de ellos se proyectaron canciones con temáticas específicas de los 60′, 70′ y 80’s.

Playas Hotel fue uno de los que más brilló. Allí se mimetizó el intendente Martin Yeza acompañado por el secretario de Turismo, Juan Ibarguren. Ambos vieron con ojos destellantes la participación de sus vecinos, ataviados con ropa de época. Dejaron sentado la importancia de que en esta ocasión se dieran las actividades de forma escalonada. Al no ser en simultáneo, las personas pudieron hacer el paseo completo sin perderse nada de lo ocurrido. Había fotos antiguas, con personajes como Carlitos Balá, Graciela Borges, Carlos Bilardo, la «Bruja» Verón (estos últimos, de Estudiantes, de la Plata) y Sandro. Se entonaron y bailaron canciones de «Palito» Ortega, y también se escucharon éxitos de Los Beatles. El twist y el rock hicieron mover los esqueletos.

En breve conversación con Humanidad, Ibarguren dijo que «la idea no es para el turismo general, sino para la gente de Pinamar, que tiene una población de más de 45 mil personas estables». Alguna espectadora de la noche de ritmo contagiante la definió como una reunión «de entrecasa», en un ambiente ameno y festivo. Otra, simuló llamar al intendente por un teléfono de época, con dial rotatorio. Por arte de magia, apareció Yeza en la sala donde se regalaban libros y revistas históricas de la ciudad.

Uno de los momentos más emocionantes, fue cuando un bandeononista (ver imagen destacada) entono «Chiquilín de Bachín«, de Astor Piazzolla. Yeza y sus acompañantes siguieron ensimismados los acordes del nostálgico instrumento, con una letra que da para pensar sobre las complejidades del mundo actual. Aquí la versión, cantada por el «Polaco» Goyeneche.