No es piedra, papel o tijera. Es paisaje cordillerano con aguas termales únicas en el planeta; una aldea en la puna con el estilo de vida que llevaban los kollas hace cientos de años y una ciudad de colonos galeses con poblaciones originarias de cultura mapuche-tehuelche, puerta de entrada al Parque Nacional Los Alerces, Patrimonio de la Humanidad. El gobierno argentino eligió a las localidades de Caviahue-Copahue, en Neuquén; San Francisco de Alfarcito, en Jujuy, al norte del país, y Trevelín, en Chubut -en la Patagonia, como la primera -, para representar al país ante la Organización Mundial de Turismo, que en diciembre consagrará al pueblito «más lindo del mundo».
La iniciativa tiene por objeto identificar a aquellos sitios que adopten enfoques transformadores en la localidad a partir de políticas vinculadas al cuidado del ambiente, la participacion e integración de las comunidades y el desarrollo económico y productivo, entre otros factores.
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Pese a la desidia de las autoridades neuquinas, las termas sanan. La energía milenaria – pandemia al margen -, no logró ser menguada. Proyecto maestro en espera.
Los poblados deben tener hasta 15.000 habitantes, estar situados en un paisaje natural y/o cultural característico y compartir valores y estilos de vida propios de su región.
Los destinos que representarán a la Argentina fueron seleccionados por el Ministerio de Turismo y Deportes, sobre un total de 11 parajes que llegaron a la final.
Humanidad 
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