“Este país es un quilombo”, lanzó Emilio Monzó. En un reportaje concedido a Marcos Shaw, de Infobae – un verdadero galimatías que expresa el embrollo en el que están inmersos los argentinos -, el expresidente de la Cámara de Diputados dijo que en la oposición de Juntos – donde hay varios radicalismos y falta un liderazgo superador, entre otros factores -, “todos están jugando para que Mauricio Macri sea el próximo Presidente”, olvidando o ignorando que «si el año próximo no hay PASO (primarias abiertas, simultáneas y obligatorias), perdemos la provincia de Buenos Aires. Así de tajante. Punto y aparte”.
Humanidad reproduce el link con la nota completa, mientras procura sacar en limpio algo del alambicado análisis de Monzó, un especialista “en la rosca” política, que supo estar distanciado de Macri, ya no habla de sus aspiraciones a Gobernar el territorio bonaerense y aspira a construir un “partido de centro” que lleve adelante reformas estructurales con el respaldo de más del 75 % de la población.
Entremos en el laberinto:
Dijo Monzó, con origen en la UCeDé y luego contertulio de los peronistas Florencio Randazzo, Miguel Pichetto, Juan Manuel Urtubey y Sergio Massa, que “lo peor” que le puede pasar a Juntos por el Cambio es llegar “atomizado” al 2023. Destacó que no basta con vencer al kirchnerismo, sino sentar las bases para poder gobernar con una alternativa “no de todos contra todos, sino con todos” para “ir a fondo con reformas previsionales, laborales y tributarias”.
Comentó al pasar que lo que está pasando en los partidos (NR: integrados a coaliciones), “son contiendas sin reglas, con agresiones y golpes bajos…como en una guerra civil”.
Explayándose fundamentalmente sobre su espacio, señaló que “hoy es mucho más horizontal”, con “muchos dirigentes con volumen político” que sufren un padecimiento: “Al no haber liderazgo, no hay conducción, no hay orden”. Aclaró que también las sociedades “están fragmentadas” y en eso tienen que ver las redes sociales. “El individualismo – filosofó -, ha hecho que el hombre esté muy solo…y acuda a comunidades virtuales para sentirse acompañado…y ahí radicaliza su posición y el político, por otro lado, mediante algoritmos y estudios, comunica para ese sector y para esa radicalización”.
Propuso un “liderazgo de centro” que “no tome al adversario como a un enemigo y el acuerdo como una claudicción”. Pidió volver “al diálogo real, no al virtual que no genera ninguna transformación”. En este punto, expresó su preocupación por “el fenómeno” que encarna Javier Milei, “un eco de la sociedad indignada”. Acotó que si el día de mañana llegase a gobernar “nos vamos a encontrar con muchas sorpresas”.
A pesar de sus discrepancias públicas y al rechazo que sufrió en carne propia, Monzó observó que hoy “Macri es la figura más sólida y auténtica, dura” porque está “en un atalaya privilegiado…él puede decidir ser candidato el último día…no lo sé, lo que no se puede discutir es que está jugando”, sin que dentro de su conglomerado surja “algo superador”.
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Por las buenas o por las malas
Trazando un paralelismo imaginario con el papel de la Argentina en el mundial de fútbol, Carlos Fara se metió en el partido político nacional: la inflación arde y hay que disciplinar al poder económico: por las buenas o por las malas.
Advirtió, igualmente, que no se podrá transformar el país si se pierde la provincia de Buenos Aires. “Allí no hay doble vuelta. Entonces, los votos que te saqué Milei, que te saque (José Luis) Espert, te sacan de la contienda electoral”.
Enfatizó que la oposición tiene la responsabilidad de “no estafar a las nuevas generaciones…transfiriendo recursos a sectores sociales para cooptar al electorado y perpetuarse en el poder, por supuesto a costa de un sistema impositivo cada vez más asfixiante al sector productivo”.
Siguiendo en el análisis de su coalición, Monzó consideró que “el mejor armado” personal es Macri y “el que tiene mejor armado (territorial) es el radicalismo«, para el que “trabajaría gratis”, comentó al pasar. Sin embargo, no evitó un comentario punzante: indicó que en la UCR hay candidatos – mencionó a Martín Lousteau, Gerardo Morales, Alfredo Cornejo y Facundo Manes -, que “no terminan de anclarse como candidatos presidenciales”.
Insistió en que Macri tiene “ventaja” sobre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. Sobre el jefe de gobierno porteño, con el que solía hablar, reveló que busca “separarse de alguna manera de ese padrinazgo”, lo cual constituye “una aventura riesgosa que puede tener resultado muy positivo”. Lo observó “caminando hacia el centro” y lo exhortó a salir de la capital federal para adquirir “volumen y consistencia”.
Monzó apuntó que los tres candidatos más fuertes son del PRO y agregó que hay que lograr un equilibrio colectivo con el radicalismo y “Lilita” Carrió. Otra vez, en esta instancia, destacó “el peso” de Macri y la condicionalidad que les genera a los más diversos dirigentes para encontrar “una estrategia de conjunto, cuidando objetivos particulares”.
“A mi criterio – redondeó -, Macri tiene ganas de una segunda oportunidad…quiere revancha…está dispuesto a colaborar con una alternativa superadora, que no surge. Y él es un interesado en que no surja. Pero no depende de él. Depende de nosotros”.
Entre idas y vueltas a sus ideas, Monzó se preguntó “para qué querés ganar el gobierno nacional si la provincia de Buenos Aires la tenemos perdida…es muy difícil que perdamos la contienda nacional…pero eso no nos tiene que relajar…es más, nos tiene que llenar de preocupaciones, no dejarnos dormir. Hay que gobernar y este país es un quilombo, nos dejan un desastre, una bomba…”
No podía faltar la pregunta sobre Cristina Kirchner. “Es lo mismo (que Macri)…es muy sólido el voto del kirchnerismo…A Cristina ninguno (del peronismo tradicional) le gana”. Estimó que volverá a ser candidata a senadora bonaerense porqué “arrastra muchos votos” y buscará a otro/a para reemplazar a Alberto Fernández. “Tiene peso yun techo firme igual que Mauricio”, expuso.
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