En medio de los – graves y peligrosos – tirones institucionales que involucran a las distintas fracciones del Gobierno, con la – también dislocada – oposición, la justicia y los conglomerados mediáticos y empresariales, la Vicepresidenta Cristina Kirchner, empezará a poner el martes “blanco sobre negro” al debate ideológico y electoral del 23, anunció el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi.
Horacio Rodríguez Larreta – el presidenciable no asentado de Juntos, pese a los reclamos de Miguel Pichetto a Mauricio Macri, para que ordene a la oposición tomar decisiones firmes -, exige a la Corte que haga cumplir su resolución para que le devuelvan fondos coparticipables.
En paralelo, el presidente Alberto Fernández, se plantó en su negativa con un scrum de 18 gobernadores; y el ministro de Economía, Sergio Massa – otro que espera que la uva madure -, trata de domesticar las variables inflacionarias y que no lo salpique la reyerta por el dinero que debe distribuir la Nación. Sus operadores ya le están pasando el fardo al ministro del Interior, Wado de Pedro y a la titular del Banco Nación, Silvina Batakis.
Habrá que prestar atención al comportamiento de Alberto, quien se niega a conformar una mesa política dentro del Frente de Todos, porqué – arguyen laderos -, sería como imponerle una suerte de “auditoría a su gestión” Ejecutiva. Por ahora, también repele a Wado y a Máximo, pero le será inevitable escuchar en la Liga de Gobernadores, a kirchneristas de peso, entre ellos los de las provincias de Buenos Aires, Chaco y Santa Cruz.
Qué Cristina (en su cuenta de Twitter figura como Representante gubernamental de Argentina) haya renunciado a cualquier candidatura a partir de diciembre del año próximo, no significa que se haya transformado, como le ocurrió a las 12 del 10 de diciembre de 2015, en la carroza calabaza de Cenicienta.
De hecho – aún con la euforia por el triunfo en el campeonato mundial fútbol que mágicamente aplacó cualquier atisbo de revuelta social -, todos están pendientes de las palabras de Cristina, mientras gobernadores e intendentes peronistas hacen juego propio, preparados para defender sus territorios.
Ya se anunciaron varios desdoblamientos de elecciones: Axel está perfilado para ir por la reelección bonaerense y “la pelea” judicial será llevada al terreno de lo político.
¿Cristina está afuera de carrera? Por ahora esa es la determinación que desató un “infierno” en todos los estamentos directivos, lo que no quiere decir que se haya desactivado el «operativo clamor». “Estaré en el lugar que deba estar”, había dicho antes de la condena. El clima de beligerancia entre los dirigentes no dejará espacio para tibios. Por más que se insista en reconstruir un partido de centro y Javier Milei, siga cinchando contra “la casta”, algo que le ha dado buenos réditos. Aún está en octavos y le falta la mucho para la coronación, en coordinación con algunos duros como Patricia Bullrich.
“La incertidumbre y el vacío político no van…se necesitan liderazgos claros y fuertes”, sentenció Pichetto, fiel cumplidor de todas las órdenes parlamentarias del matrimonio Kirchner, en este siglo, e incondicional a su manera en el presente del expresidente Macri.
Hay apuro, sí. Urgencias, también. Pero el embrollo es tan grande, que habrá que esperar unos meses – no mucho más allá de marzo -, para que se insinúe alguna incipiente «Scaloneta» política, en el complejo tablero geopolítico internacional.
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