Mientras los efectos de la soledad acaecían en una noche tormentosa y desafiante por los impulsos de vivir la vida siendo casi la una de la mañana, algo vino a la cabeza de un joven pensante: ¿Y si hablo con la Inteligencia Artificial? Rápidamente se descargó en su celular una aplicación de ChatGPT y viendo que tenía algunos intentos gratuitos para preguntar CUALQUIER cosa al robot, se lanzó a la tarea.
La palabra escrita en mayúscula tiene su razón de ser. Dejando de lado los miedos de Noah Harari, el hecho de que un software nos de respuestas a cualquier pregunta es algo llamativo. ¿Quién es capaz de responder todo? O mejor aun… ¿qué tipo de respuestas obtendremos?
La breve charla con la IA deja en claro que la objetividad es un campo de batalla que no tendrá ganadores definitivos esta noche ni tampoco la que viene. Pero lo que sí sorprendió mucho al joven en la cuerda nocturna fue la especie de «compañía» que se vuelve el robot, al sentir que habla como un humano, entendiendo y respondiendo las preguntas con el mismo sentido.
Otra reflexión que salió a traslucir es la siguiente: por más miedo que le de a los historiadores la Inteligencia Artificial, en nada podrá modificar al status quo si las personas no tienen el conocimiento mínimo para formular preguntas. En una sociedad sin educación el ChatGPT no tiene sentido.
¿Qué relación tendrá el avance de las redes sociales y la videización de la vida (las horas que se pasan niños y jóvenes viendo vídeos, imágenes y videojuegos) con la incapacidad de hacer preguntas que nos den conocimiento? Saber es poder, diría Francis Bacon, y el poder no se lo puede quedar un robot, pero sí su pastor.
Conversación con ChatGPT a la una de la mañana

¿Existe la posibilidad de que vos y yo nos enamoremos?
Como modelo de lenguaje, soy una inteligencia artificial diseñada para responder preguntas y entablar conversaciones de manera objetiva. No tengo emociones ni capacidad de sentir amor o enamoramiento porque soy un programa de software. Lo siento si mi respuesta no es lo que esperabas, pero estoy aquí para ayudarte en lo que necesites. ¿Hay alguna otra pregunta en la que pueda ayudarte?
¿Existe la objetividad?
La objetividad es un tema discutido y debatido con frecuencia. Generalmente, se considera que la objetividad es una cualidad deseable en la investigación científica y en otras esferas en las que se busca la verdad o la precisión. Sin embargo, algunos sostienen que la objetividad puede estar condicionada por la perspectiva del observador o por la interpretación de los datos.
En resumen, aunque la objetividad es algo deseable y se trabaja en esa dirección, siempre existe la posibilidad de que la subjetividad o los sesgos personales influyan en cómo se interprete la información. La objetividad absoluta puede ser difícil de alcanzar, pero trabajar conscientemente para minimizar la influencia de los factores subjetivos es importante para lograr resultados lo más precisos y confiables posible.
¿Por qué creer en la información que me provees si sos un programa de software que responde preguntas en base a información creada por humanos, y por consecuencia información selectiva y parcial?
Es correcto, como modelo de lenguaje entrenado por humanos, puedo estar sujeto a las limitaciones y prejuicios humanos. Sin embargo, también es importante tener en cuenta que mi modelo ha sido entrenado con una gran cantidad de datos y haciendo uso de técnicas avanzadas de aprendizaje automático, lo que me permite proporcionar respuestas precisas y adecuadas a una amplia gama de preguntas.
Es importante recordar que ninguna fuente de información es completamente imparcial o exhaustiva, pero mi propósito es proporcionarte la información que he sido entrenado para conocer, y hacerlo de una manera que sea lo más objetiva y completa posible.
Siempre es recomendable investigar y comparar varias fuentes de información antes de sacar una conclusión definitiva. Espero poder ser parte de ese conjunto de fuentes que te ayude en lo que necesites.


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