«El antikirchnerismo que debiera hacer de esto (NR; el estallido de la Legislatura bonaerense por el Caso Chocolate y el escándalo que hizo caer el jefe de gabinete, Martín Insaurralde), se calla porque hay zonas de la financiación y de la corrupción de la política donde conviven y comen del mismo plato”. Este es uno de los tantos conceptos vertidos por el columnista Carlos Pagni, a su compañera de trabajo Luciana Vázquez, en el programa La repregunta, de La Nación.
Humanidad rescató párrafos de Pagni, reputado como uno de los mejores analistas de la Argentina:
–“Hay una relación entre corrupción, ajuste económico y consenso político, y se puede convertir en una pesadilla para un gobierno… Sabiendo que puede perder a escala nacional, lo que quiere Cristina es replegarse sobre la Provincia de Buenos Aires y mirar desde ahí el ajuste que está condenado a hacer el próximo gobierno, con Kicillof como gobernador”.
-“Milei también está en el mismo silencio que el radicalismo y que Juntos por el Cambio. Hay muchos indicios de que el partido de Milei se financiaba con este sistema”.
-«Hay un parecido entre esta crisis que estamos viviendo ahora y la crisis de 2001. En ambos casos estamos frente a una crisis de representación. Hay una diferencia entre una escena y la otra. La crisis de 2001 fue un derrumbe que cayó sobre una red que todavía existía. En Milei, hay un cuestionamiento por lo menos simbólico a la democracia. Estamos ante un cambio muy profundo y traumático de un sistema de poder que se ha conurbanizado”.
-«La caricatura de todos los problemas de la sociedad argentina en relación con la economía se dan en el conurbano bonaerense, y ahí es donde aparecen estos escándalos. El experimento que empieza con Duhalde y continúa con los Kirchner es descubrir una zona del país con un enorme peso demográfico y la posibilidad de movilizar a muchísima gente manipulando sus necesidades a través del clientelismo”.
-“Lo que estamos viendo en estos días es, de manera misteriosa, el estallido de ese sistema en dos episodios. Lo de Julio Rigau tiene el poder expresivo de mostrarte la materialidad de la corrupción. Y esto lo hace una clase política, sobre todo un sector de la clase política, que hace campaña diciendo que hay otros que quieren venir por los derechos de la gente. En el corazón de este problema, está la clase política bonaerense, pero da la impresión de que están todos complicados. El silencio es pavoroso”.
-“Estamos en la peor semana de la campaña oficialista en estas elecciones y vemos a Milei y Patricia Bullrich discutiendo la década del ´70. Los vemos hablando de otra cosa”.
–“Cristina Kirchner con su esposo Néstor llegaron al poder nacional y dijeron: nosotros lo que queremos es reemplazar al duhaldismo, ser los dueños de esta economía regional que se llama conurbano bonaerense y ejercer el monopolio de la representación de los pobres del conurbano bonaerense. Insaurralde es el aliado de Cristina Kirchner y, sobre todo, de su hijo Máximo Kirchner en Lomas de Zamora. Juntos administran la Legislatura bonaerense”.
–«Kicillof es un santo que no toca la plata pero tolera todo esto. Estamos hablando de las cajas en las que se sostiene este sistema de poder bonaerense, que a su vez es el centro de gravedad del peronismo a nivel nacional. Esto es lo que está estallando”.
-“No es es que hay una crisis política sino una crisis de la política. El kirchnerismo produjo un fenómeno de corrupción muy llamativo. Aquí hay gente que se fue de escala. Pero decir kirchnerismo solamente, me parece que es ridículo. El antikirchnerismo, que debería estar haciendo de esto una campaña, se calla la boca porque hay zonas de la financiación y de la corrupción de la política donde conviven y comen el mismo plato”
-“Es muy difícil encontrar un caso como el de los bolsos de López en otras gestiones. Entonces, vos me decís: ¿son lo mismo? Bueno, uno debería decir que no son lo mismo”.
–“La sociedad argentina tiene un pacto mafioso con los gobiernos. Contra el telón de fondo de la crisis económica, la corrupción se vuelve más evidente e irrita más”.
–«Massa es un serial killer. Es un tipo con un manejo profesional del poder admirable”. Tiene ganas de llegar, muere, mata por llegar. Lo ves: está dispuesto a todo”.
-“Casi lo contrario de Patricia Bullrich, que tiene un contexto muy favorable y una campaña que la ves y te decís dónde está parada. No hay cosa que se haya decidido en la Provincia de Buenos Aires en los últimos cuatro años que no haya pasado por las manos de Insaurralde y de Máximo Kirchner”.
–“Si mirás la estructura de voto de Milei en la Provincia, en el conurbano, y la estructura del voto de Massa es casi la misma. Entre Massa y Milei, no hay mucha diferencia en el conurbano bonaerense. Milei es un ultraliberal que reduce toda la realidad a un fenómeno del mercado pero, por otro lado, es un populista político que no quiere intermediaciones partidarias ni mediáticas”.
-“No sé Milei tiene esa aspiración autoritaria de eternización en el poder Él dice: estos son cuatro años, y después me encierro con mis perros en una casa de una finca a leer la Torá y dejo la política, supongo que con Fátima. No me gusta algo muy importante: la moralización del disenso que hace Milei. Milei y el kirchnerismo son dos fenómenos populistas que suponen una superioridad moral”.


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