Opinión Política

Pichetto, ¿casta, traidor o estadista?

Una de las principales frustraciones del resiliente Pichetto fue no haber sido gobernador de Río Negro, por el boicot sufrido por algunos colaboradores de Cristina. Quiere ser juez de la Corte. Hoy sigue en la palestra y procura evitar la caída al vacío.

Casta – ¿por excelencia?, habría que trasladarle la pregunta a Javier Milei -, Miguel Pichetto, fue central en el trámite de la fracasada Ley Ómnibus. Anoche, el el programa de TN de Joaquín Morales Solá, laudó a favor de Santiago Caputo, «el arquitecto» de la victoria presidencial del estridente libertario argentino. Lo hizo en detrimento de «El Jefe», Karina, quien como secretaria general de la Presidencia – y «esposa» según la confusión de El Vaticano -, acompañó a su hermano a la intrigante reunión con el papa Francisco, cuyos resultados concretos empezarán a verse a partir de las próximas horas.

En medio de los tironeos – más que coqueteos – por concretar una «fusión» entre la entelequia que es La Libertad Avanza, con los despojos de Juntos por el Cambio (Mauricio Macri, más algunos radicales como Luis Petri), Pichetto elogió a los dialoguistas Martín Menem (titular de la Cámara de Diputados, al que el líder del PRO le quiere «dar el olivo») y al ministro Guillermo Francos («firme como rulo de estatua», según Milei)

Picheto, en la entrevista, destacó la «actitud» del influencer tatuado con profecías, por buscar «acuerdos» que finalmente no se concretaron. «Hay que ser resistente a las frustraciones», lo alentó incluso.

En ese punto, en medio de la disputa entre los «halcones» de Milei, sugirió a Karina que ordene (NR: interpretación de éste portal) a su hermano a que, en adelante, llamé más por teléfono a los gobernadores. «No hay nada más trascendente que la voz presidencial», dijo el jefe del variopinto Hacemos Coalición Federal (que dicho sea de paso llegó al Congreso por apoyar al hoy defenestrado Horacio Rodríguez Larreta y no a Patricia Bullrich).

Refractario (como al principio Milei, pero no tan fanático) a la prédica «pobrista» de Francisco, se sumó a las consignas de «concordia, armonía y respaldo» a los mandatarios provinciales que sobrevolaron ayer en Roma, dada la crisis económica. “Lleva 62 días el Gobierno y es importante que lo haga porque en el medio hay un golpe muy fuerte a la clase media en los supermercados, en el precio de las prepagas y en las escuelas”.

En esa línea – se lee en la crónica de La Nación -, hizo una advertencia de cara al siguiente mes. “Ojo que todavía no entraron actores importantes en este tema que son las universidades y los docentes a partir del primero de marzo”, dijo. Y enfatizó: “Cuidado porque ahí hay un ajuste que se está desarrollando y hay que tener sostenibilidad política”.

Por esas paradojas que tiene a políticos, analistas, empresarios y curas villeros en ascuas – para mencionar solo a algunos -, el ex menemista, duhaldista, kirchnerista y macrista, reclamó: “Un diálogo amplio, inteligente, que permita terminar con la incertidumbre de las provincias, consolidar un camino de ordenamiento fiscal para la nación, acuerdos recíprocos que también implican gobernabilidad es el camino que tiene que transitar el Presidente”.

Además, sugirió: “Sería una opción inteligente salir de la idea de que ‘lo peor es el Estado’. Tenemos que tener un Estado y tiene que ser fuerte porque cuando no está la inexistencia y el vacío lo llenan las mafias, los empresarios amigos con negocios y el narcotráfico. Tiene que ser más chico y eficaz, con desregulaciones, eso lo comparto”.

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Periodista. Trabajó en Crónica, NA, DyN, Clarín, Televisión Pública, Canal 13, La Nación y en el diario Río Negro. Becado por la Universidad de Harvard, asistió a cursos de perfeccionamiento en Boston, Estados Unidos. Además estudió en Alemania y Francia.

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