Literatura Sociedad

Los perdedores y los autodidactas saben mucho más que los ganadores

Umberto Eco (1932-2016), escribió "Número cero". Colonna, protagonista, recibe en 1992 una extraña propuesta de un tal Simei: se convertirá en redactor jefe de Domani, un diario que se adelantará a los acontecimientos en base a suposiciones y mucha imaginación. Extracto.

Mi vida seguía ya dos senderos. De día, la vida humillante de la redacción; de noche, el pisito de Maia, a veces el mío. Los sábados y domingos en Orta. Las noches nos compensaban, a ambos, de las jornadas pasadas con Simei. Maia había renunciado a hacer propuestas que serían rechazadas y se limitaba a hacerlas conmigo, como diversión, o como consuelo.

Una noche me enseñó un opúsculo de anuncios matrimoniales.

-Mira que hermosura, me dijo; pero me gustaría publicarlos con su correspondiente interpretación.

-¿En qué sentido?

-Escucha: «Hola, soy Samantha, tengo 29 aos, estudio superiores, ama de casa, estoy separada, sin hijos, busco hombre de buen ver, pero sobre todo sociable y alegre». Interpretación: Rozo los 30 y, después de haberme dejada plantada mi marido, con ese bachillerato técnico en contabilidad que logré sacarme con esfuerzo, no he encontrado trabajo; y ahora estoy metida en casa todo el dia mirando el techo (ni siquiera tengo niños para cuidar); busco un hombre que aunque no sea apuesto, con tal que no me golpee como ese desgraciado con el que me casé.

O este otro: «Carolina, 33 años, soltera, con carrera, empresaria, sofisticada, morena, esbelta, segura de mí misma y sincera, me apasionan los deportes, el ine, el teatro, los viajes, la lectura, receptiva a posibles intereses, quiere conocer a un hombre dotado de encanto y personalidad, culto y con buena posición: profesional, funcionaro o militar: máximo 60, finalidad matrimonio». Interpretación: A mis 33 años todavía no he encontrado un tipo que se interese por mí, quizá porque estoy seca como una anchoa y no consigo que me quede bien la tintura rubia pero intento no pensar en ello; logré licenciarme a duras penas en Filosofía y Letras, pero como se me cargaron siepre en las oposiciones monté un tallercito donde trabajan en negro tres albaneses y confeccionamos medias para los mercaditos del pueblo: veo un poco de tele, voy al cine o al teatro de la parroquia con una amiga, leo el diario sobre todo los anuncios matrimoniales, me gustaría ir a bailar pero nadie me lleva, y con tal de encontrar algo que se parezca a un marido estoy dispuesta a apasionarme por cualquier cosa, a condición de que tenga un poco de dinero y yo pueda dejar lo de las medias y los albaneses; me lo quedo incluso viejo, mejor sería que fuera un asesor fiscal, pero acepto también un empleado de catastro o a un brigada de carabineros.

Otro: «Patricia, 42 años, soltera, comerciante, morena, esbelta, dulce y sensible, desea conocer a un hombre leal, bueno y sincero, no importa el estado civil con tal de que esté motivado». Interpretación: Qué carajo, con 42 años (y no me digan que si me llamo Patricia debería tener casi 50 como todas las Patricias) no he conseguido que nadie se case conmigo y salgo adelante con la mercería que me dejó mi madre que en paz descanse, soy un poco anoréxica y fundamentalmente neurótica: ¿hay ahí un hombre que quiera acostarse conmigo? No me importa que esté casado con tal de que no le falten ganas.

También: «Quiero creer que todavía existe uina mujer ,capaz de amar de verdad, soy soltero, empleado de banco, 29, creo que soy bien parecido y tengo un carácter muy dinámico, busco a una chica linda, seria y culta que sepa cautivarme para una espléndida historia de amor». Interpretación: No consigo comerme una rosca, las pocas mujeres que conocí eran una locas y solo querían que me casara con ellas, imagínate si logro mantenerlas co la miseria que gano; luego me dicen que tengo un carácter vivaz porque las mando a cagar; entonces, como no soy un adefesio, ¿no habrá por ahí una chica que por lo menos no diga «hicistes», y a quien le apetezca echar un polvo a gusto sin pretender demasiado?

He encontrado también un anuncio no matrimonial fabuloso: «Asociación teatral busca actores, comparsas, maquilladora director, costurera para la próxima temporada» ¿El público, al menos, lo ponen ellos?

-De verdad, Maia estaba desaprovechada en Domani.

-No querrás que Simei te publique eso…A lo sumo le irán bien los anuncios, ¡no tus interpretaciones!

-Lo sé, lo sé, pero no está prohibido soñar.

Luego, antes de dormirse, me dijo:

-Tu que lo sabe todo, ¿sabes por qué se dice armar la trapisonda o ahí está el busilis?

-No, no lo sé, ¿te parece que son cosas que se preguntan a las 12 de la noche?

-Pues yo sí que lo sé, o mejor dicho, lo leí el otro día. Mira armar la trapisonda, en el sentido de armar lío, deriva del nombre del Imperio de Trapisonda o Trebisonda, que estaba en Asia Menor; los libros de caballería lo mencionaban a menudo, por lo visto, y gracias a ello y a su aparente relación con trapaza o con trápala, tomó ese significado. Y fíjate que otro significado de trapisonda es una agitación del mar, una serie de olas pequeñas que se entrecruzan y producen un ruido que se oye a mucha distancia. Una trapatiesta marina, vamos.

Y lo de busilis, pues parece ser que a un fraile poco enterado, al examinarlo en latinidad, le tocó un capítulo del Evangelio de los que empiezan con In diebus illis y dijo: «Indie son las Indias, pero el busilis no se me ocurre qué pueda significar», y de ahí pasó a indicar el intríngulis, obvio.

-En que manos he caído. Con estas curiosidades, ¿cómo has podido ocuparte durante años y años de afectuosas amistades?

Por dinero, el maldito dinero. Pasa cuando una es una fracasada (se estrechó fuertemente a mí). Pero ahora me siento menos fracasada que antes porque te he ganado en el bingo.

¿Qué hay que hacer con una loca como ella, coo no sea volver a hacer el amor? Y al hacerlo me sentía un ganador.

1 comment on “Los perdedores y los autodidactas saben mucho más que los ganadores

  1. Avatar de Malka Guel
    Malka Guel

    excelente contenido

Deja un comentario