El encanto que despierta la Vice Villarruel en alas ortodoxas del peronismo

Por Andrés Brancatti (Exclusivo)

Las repercusiones por el acto de presentación del busto de Isabel Perón en Casa Rosada, por parte de la Vicepresidente Victoria Villarruel, no han terminado. La lectura unánime fue que «Vicky» le hizo un guiño explícito al peronismo en trance de comenzar a sembrar semillas para sus propias expectativas políticas. Sintomático: salieron a cruzarla multitud de trolls por las redes sociales. Hasta el propio Javier Milei se despegó diciendo que él no lo hubiera hecho tal homenaje «en su casa».

Lo cierto es que el acto tuvo fuerte presencia de «peronistas ortodoxos”, e incluso estuvo la hija de José Ignacio Rucci, Claudia, a quien la Vice designó en el Observatorio de Derechos Humanos. El homenaje a Isabel Perón fue rechazado abiertamente por los libertarios más “mileístas”, así como por el progresismo, en particular el que abreva en el kirchnerismo.

¿Esto quiere decir que el rechazo implica a todos los espacios políticos? Para nada. La operación fue fue bien recibida por muchos justicialistas, simpatizantes o no de Villarruel. En especial: “heridos” del kirchnerismo, puristas, moderados, republicanos, marginales, conservadores… hay muchos de esta lista, solapados o no, intendentes y gobernadores, entre ellos “nestoristas de la primera hora” y no tan cristinistas.

Ni hablar dentro del sindicalismo. Por eso no extrañó que Villarruel apareciera en la celebración del Primero de Mayo en el Sindicato de los Gastronómicos. Parafraseó a Perón: “De sostener que gobernar es crear trabajo y pasamos a un modelo empobrecedor”. La afinidad con una de las frases predilectas del general fue notoria: “En nuestro tiempo, gobernar es crear trabajo”.

Como si fuera poco, aludió a otro concepto central del justicialismo primigenio: “Dejamos de hablar del trabajo como el principal ordenador social de la comunidad organizada”.

Sus palabras fueron recogidas por muchos. Ni lerdo ni perezoso, el viejo lobo de mar del Senado, el formoseño José Mayans, arrojó flores: “Villarruel se aproxima ideológicamente a nosotros un poquito más que a Milei”, dijo.

¿Palabras dulces para llevarse bien en la Cámara que comparten y que Villarruel preside? Puede ser. Ante la duda, fue Cristina quien salió a desmarcarse con los tapones de punta. Avisó: “Pericia psiquiátrica le vamos a pedir a los que dicen que Villarruel es peronista”.

Mayans replicó el guantazo: “¿Qué hacemos con los que pusieron a Alberto Fernández como presidente del partido? ¿Los mandamos también al psiquiátrico?”.

Evidentemente, la autonomía de Villarruel no cae nada bien ni en el libertarismo ortodoxo, ni en el kirchnernismo progresista. Pero sí, por lo visto, en peronistas como Guillermo Moreno, Sergio Berni, algunos gremialistas y varios mandatarios provinciales. Es de presumir que el formoseño Gildo Insfrán (hoy en la lista de Cristina para conducir el PJ) dio luz verde a los “piropos” de Mayans.

¿Alcanzará esto para que la vicepresidente comience con su propia carrera política?
Es un enigma, igual que en parte le ocurre a Axel Kicillof: para crecer debe despegarse de Cristina. Y Villarruel tendrá que separarse de una forma aún más contundente de Milei: el futuro de ambos se entrelazará con sus uniones en hoy en tanteos y exploraciones.

La Vicepresidente comienza a definirse: es astuta, y como dice el “Turco” Jorge Asís, “para ser peronista no es necesario hacer nada, solamente anunciándolo, uno se convierte en peronista”.

De esta manera, la Vicepresidente, surgida de una línea nacionalista católica y pro militar, podría dar un rápido viraje hacia un peronismo mucho menos marcado por el liberalismo de izquierda de Cristina y el de derecha de Milei. ¿Le dará la nafta?

Halagos le sobran (hasta el papa Francisco, le dedicó sonrisas, chistes y tiempo) desde las entrañas peronistas. Los va acumulando…no solo por ser una mujer bella.