Los fines de años suelen cobijar cachos de nostalgia. Le pasa al excompañero Alejandro Horowicz, quien, empero, no se rinde y sigue poniendo fichas para «esta vez sí, coronar a los peones». A Sergio Elguezábal, al recordar a Roberto, de Bragado, y «su mirada dulce». Al autor de este breve texto que, a pesar de las decepciones, pretende aferrarse a la palabra clave iluminar…sin fuegos de artificios.
Es cierto que las redes sociales desnudan a los que las utilizan y los expone a la mirada mercantilista de una sociedad desalmada. Repasando lo transcripto hace 8 años, en esta fecha, se observa una imagen anticipatoria de lo que iba viniendo y ya está naturalizado.

También renovados mensajes con buenos augurios de amigos que ya no están y que invitaban a sumarse a proyectos compartidos. Una estatua de Miguel de Cervantes Saavedra, en el Rosedal de Palermo, hizo reproducir a alguien esté párrafo:

Una mirada pudorosa, en un colectivo que transita de Caballito a Mataderos, refleja la mirada inocente de un niño (imagen destacada) que hoy debe pelear por la subsistencia, como lo explica en su cuenta Lu Ronzo, al transcribir lo siguiente:
Conversaciones de vísperas de Navidad
-No, tenés que seguir laburando así comprate un vehículo y sos tu propio jefe.
–Lo estoy pensando
Sujeto A: Reparte por App, precarizado y sin prestaciones.
Sujeto B: Trabajador bajo convenio, ART, Obra Social. (Gana el doble)
Las publicaciones traen acordes musicales atorrantes. ¿Por qué habrán sido elegidos? Al reescucharlos, se agita un ánimo tonto y tonificante a la vez, acompañado de auténtica decadencia. Eso, ¡es la decadencia».


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