Por Héctor O. Becerra
Semana de mayo
El sábado 17 de mayo del corriente año salía publicada en la edición en papel del periódico Perfil una columna de Leticia Martín -ganadora del Premio Lumen 2023 por su novela «Vladimir»– titulada: Nadie lee nada. La poeta y narradora comienza la columna afirmando que le llama la atención la circunstancia de vivir en una sociedad donde la divulgación de un texto se identifique de la misma forma en que se difunden los virus y ambos casos se hable de una viralización. La autora de forma enigmática, y ahora podríamos decir que profética, se pregunta si esa nota que comenzaba a desarrollar se viralizaría.
La autora parece cambiar el desarrollo de la columna dando testimonio de que hace más de un año que escribe una columna semanal para Perfil y hace seis meses que no le pagan, ni le actualizan los honorarios que son de $ 50.000 por mes; es decir, $ 12.500 por nota. Pasó más de una semana de la publicación de la nota, o de su no-publicación, porque la autora -de acuerdo al título- parecía que iba a desarrollar algo relativo a la falta de lectura y de pronto cambia de tema y termina exponiendo su situación laboral.
Con lo cual la columna se podría haber llamado: ¿Por qué trabajo gratis? o La venganza de la columnista. De una forma espontánea la escritora parece estar ejerciendo el derecho a huelga, derecho fundamental que tienen los trabajadores para cesar o suspender temporalmente sus actividades laborales como medida de protesta para exigir, entre otros derechos, el salario acordado.
Resulta sumamente importante ese cambio de rumbo en el desarrollo de la columna porque muchos periodistas y comentaristas de las redes sociales sostienen que el editor de Perfil se atreve a publicar un comentario tan osado sólo porque había leído el título de la columna y su introducción (donde aparece el tema de la viralización). Frente a esta situación el título elegido por la escritora toma las mencionadas dimensiones proféticas ya que la publicación de la columna se habría producido debido a que el editor tampoco lee (o lee por encima).
Esta hipótesis se sostiene y se refuerza con lo sucedido en Perfil.com ya que la nota que circulaba por internet desaparece de la web con lo cual se especula que si se bajó de la red es porque se llevó a cabo una censura que no se pudo llegar poner en práctica con la edición escrita.
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Frente a la hipótesis de la publicación de la nota debido a la falta de lectura del editor surge otra hipótesis. Si se observa con detenimiento la foto de la nota editada en papel se puede apreciar que debajo de la caja donde se escribe la nota, justo en el medio del margen inferior nos encontramos con una palabra escrita con mayúsculas: PLACEBO. El efecto placebo es un fenómeno en el que una persona experimenta una mejoría en su condición de enfermo después de recibir un tratamiento o vacuna que no tiene propiedades terapéuticas reales.
¿Quién deslizo esa palabra “PLACEBO” debajo del texto de Leticia Martin? Es cierto que la escritura no tiene propiedades terapéuticas reales; pero, también es cierto que le permite a la autora llevar adelante una catarsis y experimentar una liberación de emociones intensas y contradictorias al poder poner en palabras el reconocimiento de que le hayan abierto las puertas en un periódico prestigioso, la tristeza que la desmotiva para no ir a votar al otro día, ni conservar ese trabajo de columnista, las dudas que siente por ser una mujer discriminada, su admiración por Fogwill y -por supuesto- el enojo por la falta de pago. Si la palabra “PLACEBO” la introdujo el editor de Perfil evidentemente es una interpretación que hace sobre la base de una lectura profunda de la columna. Alguien lee…
El diario Perfil es el único periódico en nuestro medio que cuenta con un Defensor de lectores función que hasta el día de la fecha desempeña holgadamente Julio Petrarca ya que tiene más de 50 años de experiencia, habiendo trabajado en diarios junto a figuras destacadas como Jacobo Timerman en La Razón.
El Defensor de lectores desempeña un papel fundamental en la autocrítica y en la autorregulación del medio ya que busca equilibrar la relación entre los tres protagonistas del ejercicio periodístico que son: 1) el medio, 2) el periodista profesional y 3) el público, intentando promover un periodismo de calidad que enriquezca el ejercicio democrático.
Esperábamos ávidos la palabra del ombudsman para poder entender cómo iba a digerir el medio la nota de su periodista rebelde que había tenido la ocurrencia y la osadía de hacerle un paro al mismísimo Jorge Fontevecchia. Grande fue nuestra sorpresa al descubrir que ni en la edición en papel del sábado 24 de mayo, ni en la del domingo 25 de mayo del corriente año aparece la sección del CORREO DE LECTORES, de allí que tampoco pudimos leer la palabra de aquel que esperábamos nos brindara una explicación por la actuación ética y deontológica del medio. El ombudsman brillaba por su ausencia.
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Siguen las repercusiones ante la última publicación de la escritora en el Diario Perfil, el mismo que le debía el pago por seis meses de trabajo. El defensor de los lectores dio su mirada con esta nota titulada «El justo reclamo de una columnista desnuda una crisis en los medios».
Adenda
El domingo 25 de mayo a las 19 hs. encuentro en mi notebook una nota firmada por Julio Petrarca, según consta en el documento se la había subido a la web a las 03:58 hs. de ese día. Entiendo que demasiado tarde para salir en la edición en papel. Lleva por título: “El justo reclamo de una columnista desnuda una crisis en los medios”. Rápidamente se percibe en el título un desplazamiento del problema de Perfil a uno de todos los medios. Lo que sucede en Perfil está pasando en todos los medios. Mal de muchos… consuelo de tontos, decía mi nona y no se equivocaba.
El ombudsman de Perfil comienza su nota con dos equívocos que resultan significativos. Dice Petrarca: “El sábado 10 Leticia Martin, columnista habitual del espacio destinado a escritoras y escritores publicó un texto en el que hacía público un reclamo a Perfil…”. Resulta redundante sostener que al publicar un texto se lo hace público; pero, más fuerte es confundir la fecha de publicación de la nota de la escritora retrotrayéndola a dos semanas antes. Evidentemente la semana de mayo resultó complicada para el ombudsman que confiesa que pidió aclaraciones a las autoridades del diario; pero, lamentablemente no obtuvo respuestas.
Julio Petrarca afirma que el artículo de Leticia Martín y su contenido fue “rápidamente reproducido de manera viral por las redes sociales y algunos medios que llegaron al extremo de afirmar que su publicación en el portal de noticias perfil.com había sido levantado poco después, falsedad que los lectores de este medio pueden comprobar clickeando en Nadie lee nada/Perfil.
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¡Un razonamiento del ombudsman absolutamente falaz! Que la nota de la escritora hoy se encuentre a la vista clickeando en «Nadie lee nada/Perfil» no evidencia en absoluto que la nota no hubiera estado censurada. La censura puso en evidencia que se sigue leyendo mucho más cuando se busca suprimir lo que alguien dice o intenta decir. Una prueba más que contundente de la censura es que este sábado la nota de Leticia Martín no salió publicada.
Lo sucedido pone en evidencia que cuando falla la autocrítica y el medio no se rectifica como corresponde, se pone en juego otro mecanismo fundamental del control periodístico conocido como autorregulación periodística, que es la posibilidad de que un tercero ejerza una crítica y desde otro medio informativo y/o red social alerte sobre los errores inadvertidos o tendenciosos del medio.
Fue justamente la reacción de algunos medios y de la comunicación a través de las redes sociales la que movió a los directivos de Perfil a volver a subir una nota que se había viralizado, una respuesta que estaba en la imaginación de la escritora. ¡El poder de la escritura!
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Buenos días, mi nombre es Lautaro Flores
A raíz de la situación con la colega Leticia Martin hay varias cuestiones para analizar.
En primer lugar me parece que a día de hoy, con todas las herramientas que hay para expresarse, siga existiendo la censura, y mas en un medio reconocido como Perfil. La desaparición de la columna de la pagina web demuestra el control del medio para acallar voces que lo incomodan.
Por otro lado, la falla en el derecho a rectificación del Ombudsman, Julio Petrarca, ya que tiene una intervención tardía en el sitio web (y con errores de fecha y formulación acerca de la nota de Martín) y brilló por su ausencia en la edición impresa.
Queda en evidencia la nula autocrítica de diario Perfil y que la tardía intervención del Ombudsman se debió mas a presiones externas que a una voluntad ética interna.
Mi nombre es Luciano Laino y yo pienso que la autorregulación no puede funcionar si se limita a formalidades o si depende solo de la voluntad del medio. Para mi necesita de práctica constante, vigilancia activa y transparencia real. Y sobre todo, necesita medios que lean, escuchen y respondan, porque como bien ironiza el texto: “alguien lee…”. Que no sea solo el público el que lo haga.
Después de leer de pies a cabeza la nota, realmente sorprende como en pleno 2025 la censura, lamentablemente, sigue estando presente entre nosotros, y más en medios reconocidos como diario Perfil. Sin duda que es algo para repudiar y que vislumbra el manejo de quienes toman decisiones y tienen poder, que ante un comentario negativo atreven a callarlo. Además sorprende la nula autocritica del Ombudsman, que recién toma cartas en el asunto cuando se realiza una autoregulación. Por ende acá se deja ver, notoriamente, la falta de Ética y de Deontología.
Ezequiel Liniado
Realmente preocupa que, todavía, en pleno 2025 siga habiendo intentos de censura a colegas, como en este caso ocurrió con Leticia Martin, en el que no hubo ni cerca un atisbo de autocrítica y sorprende aún más que suceda en un diario importante y reconocido, como Perfil. Esto no hace más que dar a luz que aquellos que tienen poder y toman decisiones pueden suprimir y cesar voces y/o opiniones hasta el momento en que se hace una autorregulación y caen las represalias, ya que es ahí donde intentan»rectificarse».
Ezequiel Liniado
Resulta llamativo que, luego de toda la exposición y la divulgación de la situación, finalmente el medio elija resubir la nota. Sorprende la actitud de cómo un diario muy reconocido y, sobre todo de gran consumo, intenta censurar a la colega Leticia Martín ignorando el derecho de libertad de expresión. Además deja expuesta el intento de impedir que la información llegue al público, es decir censura, quitándole también le derecho a la información. Expone la falta de independencia del editor y la falta de ética y deontología del medio.
Matías Páez
Buenas noches, mi nombre es Matías Páez.
Es increíble que a estas alturas y en un medio tan prestigioso y tan consumido como Perfil, se violen derechos como la libre expresión y se quiera intentar impedir que el mensaje llegue al público, es decir censura, además de no permitirle al ciudadano a hacer uso de su derecho a la información. Expone la clara falta ética y deontología, ya que decide actuar recién cuando se realiza una autorregulación que prácticamente los obliga a volver a publicar la nota. Espero que estas cosas ya no se vean y el editor haga una autocrítica de su actuar, haciendo uso de su independencia a pesar de las circunstancias.
Hola! Mi nombre es Santino Miceli
Muchas cuestiones deja el texto para desarrollar; principalmente la bajada de línea del medio de censurar el comentario de la periodista profesional, Leticia Martín, y de sufrir la falta de pago durante seis meses, algo que tiene el ciudadano como derecho indispensable.
El medio aquí con tal de cubrir sus incumplimientos que tiene como empresa utiliza la autorregulacion periodística.
La periodista profesional tiene todo el derecho del mundo a expresar su situación y aquí ante una crítica al medio estos la hacen pasar por alto para cuidar su imagen.
Bien como se menciona en la nota periodística, se dió una censura parcial por parte del medio de comunicación Perfil hacia la periodista, trabajadora de ese medio, Leticia Martín, quien ejerce libremente su libertad de expresión. A pesar del accionar del medio en eliminar rápidamente la publicación de la página web, lo que se imprimió y fue consumido por el público en el diario de papel, no puede ser eliminado. Ante un hecho que no dejo de circular por las redes sociales y por otros medios de comunicación que levantaron notas respecto a este acontecimiento, se dió la autorregulación y Perfil volvió a publicar la nota en el diario digital. Esta regulación periodística se da porque existe un sujeto critico que pone en cuestión y expone lo que sucedió y porque dos actores intervienen como mínimo en la ecuación.
Luciana Secchi 3°C.
Bien como se menciona en la nota periodística, se produjo un intento de censura por parte del medio de comunicación Perfil hacia la periodista, trabajadora de ese medio, Leticia Martín, quien ejerce libremente su libertad de expresión. A pesar del accionar del medio en eliminar rápidamente la publicación de la página web, lo que se imprimió y fue consumido por el público en el diario de papel, no puede ser eliminado. Ante un hecho que no dejo de circular por las redes sociales y por otros medios de comunicación que levantaron notas respecto a este acontecimiento, se dió la autorregulación y Perfil volvió a publicar la nota en el diario digital. Esta regulación periodística se da porque existe un sujeto critico que pone en cuestión y expone lo que sucedió y porque dos actores intervienen como mínimo en la ecuación. La periodista no se amparó en la cláusula de conciencia, el derecho que posee y para poder defender su libertad de expresión y sus publicaciones.
Luciana Secchi 3°C
Soy Alan Bretschneider. Me parece importante remarcar que la actitud de Julio Petrarca (mentir sobre la fecha de publicación y afirmar que no hubo censura hacia Leticia Martín) hizo que su rol como intermediario entre los actores del periodismo haya desaparecido, con lo que pasó de ser el »Defensor de lectores» a convertirse en un intachable Defensor de la empresa periodística, en este caso Perfil. Deja en claro que, en el fallido intento de desviar el foco del problema -una columnista que no recibe su salario hace seis meses- y atribuírselo a todos los medios, no fue capaz de realizar la autorregulación periodística ni la autocrítica que correspondía.
Perfil deberá entender, por las buenas o por las malas, que haber truncado el derecho a la libertad de expresión de una de sus trabajadoras significó hacerse cargo de, como mínimo, tres problemas: en primer lugar, que sus editores no leen o lo hacen mal -de otra manera, resulta extraño entender cómo dejaron pasar un reclamo tan directo hacia sus jefes-; en segundo lugar, que lo que le hicieron a Leticia Martín puede interpretarse como discriminación por motivos de género; y por último, que no les tiembla el pulso para censurar deliberadamente a una escritora en pleno 2025.
Soy Alan Bretschneider. Me parece importante resaltar que la actitud de Julio Petrarca (mentir sobre la fecha de publicación de la nota de Leticia Martín y negar que hubo censura hacia ella) hizo que su rol como intermediario en la relación entre los actores del periodismo desaparezca, con lo que pasó de ser el »Defensor de Lectores» del Diario Perfil a convertirse en un intachable Defensor de la empresa periodística. Deja en claro que, en el fallido intento de desviar el foco del problema (falta de pago a una columnista) y atribuírselo a todos los medios, no realizó el ejercicio de autorregulación periodística y autocrítica que correspondían.
Perfil deberá entender, por las buenas o por las malas, que haberle truncado el derecho a la libertad de expresión a una de sus trabajadoras significa hacerse cargo de, como mínimo, tres problemas sustanciales: en primer lugar, que sus editores no leen o lo hacen mal -de lo contrario, resulta difícil de creer que hayan permitido un reclamo tan directo hacia sus jefes-; en segundo lugar, que lo sucedido con Leticia Martín puede ser interpretado como discriminación por motivos de género; y por último, que no les tiembla el pulso para censurar deliberadamente en pleno 2025.
Mi nombre es Celena Ponce y considero que lo ocurrido con nuestra colega Leticia Martín rompió varios de los pilares fundamentales de la ética periodística:
En primera instancia, el accionar del Defensor de Lectores – Sr. Julio Petrarca – deja mucho de que hablar. Él niega la censura a nuestra compañera aún cuando la nota de ella fue eliminada de la web. Esta actitud del Sr. Petrarca no me da más que pensar que se convirtió en un Defensor empresarial o en un hipótetico caso, un títere en el interés comercial de Perfil. La falta de autorregulación de Petrarca es evidente y si le quedara algún cargo de conciencia por sus declaraciones, debería autocriticarse.
En segundo lugar, que un medio tan importante como Diario Perfil haya irrumpido en la Libertad de Expresión de Leticia, es tan grave como el mal trabajo de sus editores. ¿Acaso solo leen las primeras lineas de las notas que tienen a cargo publicar? O tal vez ellos tampoco son remunerados y la publicación de la nota de la colega fue un estrategia, pero eso nunca lo sabremos; al menos no ahora.
Lo que sucedió también puede darse a entender como discriminación a Leticia por el simple hecho de ser mujer. De más está decir que se espera que esto no suceda nunca más. No más censura, no más discriminación y que se cuide la integridad deontológica de todos/as los/as periodistas.
Hola, soy Ramiro Bartaburu, es lamentable que en pleno Siglo XXI, teniendo en cuenta la exposición que se pone uno con las redes sociales o las notas publicadas en páginas web que las lee el público, sector en el que los periodistas se deben todo el tiempo, se censure un artículo publicado por la colega Leticia Martín, quien no estaba cobrando su designado sueldo, ya que debe ser una persona asalariada, es una aberración en el ámbito periodístico que Martín no pueda ejercer su libertad de expresión y además me sorprende que un medio reconocido como lo es Perfil tenga las agallas necesarias para censurar de manera parcial a una de sus empleadas.
Sin duda que Leticia estuvo más que bien en dejar expuesta a la empresa y usar la cláusula de conciencia para hacer lo correcto y defender sus intereses y no los del medio porque a ellos no les interesa el cuidado de los periodistas, ya que saben que si echan a uno, pueden venir más a ocupar su lugar y seguir con la misma rutina de bajada de línea y «ustedes hacen lo que yo digo», y no ejercer por lo menos ninguna autocrítica o autorregulación periodística y quedar decididamente mal ante la gente/público.
Hola, soy Ramiro Bartaburu, es lamentable que en pleno Siglo XXI se siga ejerciendo la censura y más en este caso, la de Leticia Martín que estaba intentando ejercer su libertad de expresión y reclamar por su salario que no le daban hace seis meses, y que le corresponde porque es una persona asalariada. A su vez usó la cláusula de conciencia porque hizo lo correcto sacando los intereses comerciales del medio.
Perfil pensó en sus intereses, como la mayoría por no decir todos y que además no le interesa nada, desde su relación el público, sector en el que los periodistas se deben al 100% porque si no hay credibilidad no hay más nada, tampoco les interesó él reclamo de Martín y nunca ejerció autocrítica hacia ellos mismos o siquiera autorregulación periodística.
La autorregulación no puede limitarse a formalidades ni depender solo de la voluntad del medio. Para que sea real, necesita práctica constante, vigilancia activa y verdadera transparencia. Es clave que los medios lean, escuchen y respondan, no solo el público. Preocupa que en pleno 2025 aún haya intentos de censura, incluso en medios reconocidos. Esto evidencia cómo el poder puede silenciar voces hasta que, ante la presión, se apela a una autorregulación tardía y forzada
Ramiro Lacovara 3B
La autorregulación no puede limitarse a formalidades ni depender solo de la voluntad del medio. Para que sea real, necesita práctica constante, vigilancia activa y verdadera transparencia. Es clave que los medios lean, escuchen y respondan, no solo el público. Preocupa que en pleno 2025 aún haya intentos de censura, incluso en medios reconocidos. Esto evidencia cómo el poder puede silenciar voces hasta que, ante la presión, se apela a una autorregulación tardía y forzada
Ramiro Lacovara 3B
Hola, soy Mora Gomez Ferreño
La censura a Martín se da en un contexto donde los medios de comunicación no solo informan, sino que también construyen relato. Por lo cual, las voces críticas, especialmente aquellas que interpelan las estructuras de poder, ya sea desde una perspectiva de género, política o cultural, son las primeras en ser silenciadas. El artículo censurado, que cuestionaba ciertas lógicas ideológicas del propio diario, fue eliminado sin explicación, demostrando que la autocrítica en Perfil es más una pose que una práctica real.
En un momento histórico donde los discursos autoritarios resurgen con fuerza, la censura desde adentro, disfrazada de “criterio editorial”, es especialmente peligrosa. Perfil, que durante años se vendió como un ejemplo del periodismo independiente, demuestra con este acto que la independencia termina cuando se pone en juego el control del relato propio.