El poema sobre el fascismo que no es de Brecht y sí un problema de todos

Ya entrada la campaña electoral de medio término en la Argentina – escribió hoy en Infobae, Jesica Bossi -, el debate ingresó en un espiral de máxima radicalización. Aclaró que no es un fenómeno local, sino una tendencia mundial hacia los extremos, ante el avance de los partidos de derecha y ultraderecha.

Saliéndose de la cuestión de las inextricables definiciones en LLA-PRO; PJ, UCR, etc – un tema que que cansa a la gente y tiene entretenidos a los dirigentes -, se refierió al interesante abordaje que hizo Santiago Gerchunoff de los hechos políticos y los problemas de la visión profética. En un libro de reciente aparición, este profesor advirtió acerca de la facilidad con la que rápidamente las elites llaman hoy a la resistencia «antifascista».

“La emoción en el uso actual de la palabra fascismo es, dicho de un modo muy sintético, la de estar frenando un Auschwitz venidero”, sostuvo. Para ello tomó como pieza central el poema falsamente atribuido a Bertolt Brecht, y que en realidad pertenece a Martin Niemöller, un pastor alemán, quien al inicio apoyó y luego combatió al nazismo.

El texto original, que después tuvo otras versiones, fue este:

Primero vinieron por los socialistas,

y yo no dije nada, porque yo no era socialista.

Luego vinieron por los sindicalistas,

y yo no dije nada, porque yo no era sindicalista.

Luego vinieron por los judíos,

y yo no dije nada, porque yo no era judío.

Luego vinieron por mí,

y no quedó nadie para hablar por mí.

La periodista indicó que el cierre del poema cumple con el golpe de efecto llamar a actuar antes que sea tarde y se encuadra en una idea providencial de los sucesos históricos, como hechos que inevitablemente siguen un patrón y, de este modo, pueden anticiparse. Es una mirada heredera de la reformulación cristiana de la historia.

“El problema de la visión profética procesual de la historia no es que exagere la gravedad de acontecimientos ‘aislados’: el problema es que cree conocer su lógica y desenlace”, describió Gerchunoff. Por supuesto, ese modo de pensar el devenir es más tranquilizador, pero no sirve para entender el ahora de este nuevo tiempo.