Los gobernadores aceptaron el reto de los hermanos Milei y detonaron los puentes de negociación

La «decisión» de los hermanos Milei, el presidente Javier y Karina, «de pelearse con todos, tuvo respuesta: todos se pelearon con ellos, mostrando los límites de un Gobierno débil de origen, asentado en dos pilares: el apoyo de la opinión pública y el superávit fiscal». Tal parte del análisis semanal de Poliarquía, dirigida por Eduardo Fidanza y Alejandro Catterberg.

«Los puentes de negociación tendidos durante el periodo legislativo de 2024 para sacar leyes claves que facilitaran el programa oficialista – destacó la consultora -, fueron detonados».

Precisó que «la mayoría de gobernadores encabezaron el desafío al Gobierno, al restar el apoyo de sus senadores a la estrategia oficial».

«Es un conflicto – abundó -, que se expresa con terminología económica, en torno al reparto de recursos, pero que encubre el tema de fondo: una ríspida pelea política entre las apetencias libertarias de disputar el poder territorial de los gobernadores y la resistencia de estos, dispuestos a impedirlo».

Tra indicar que La proximidad de las elecciones explica el rápido agravamiento del diferendo, Poliarquía expuso que «Karina Milei, respaldada por el Presidente, y operando a través de Eduardo “Lule” Menem, no quiso conciliar el armado de listas para cerrar posibles alianzas, prefiriendo enfrentar a los oficialismos provinciales si no se satisfacían sus demandas».

Mencionó como «paradigmático» lo ocurrido en Corrientes, y llamó la atención sobre lo que suceda en Entre Ríos y Mendoza, «donde todavía se está negociando, pero crece el recelo ante la prepotencia política que exhibe la Casa Rosada».

«Más allá de la razón del enfrentamiento, que es política – subrayó luego -, la relación entre el poder central y las provincias está sujeta a una permanente inestabilidad como consecuencia de no haberse resuelto el tema de la coparticipación federal de impuestos».

Aceptó que «hoy no son los recursos económicos el motivo central de la crisis, pero podrían serlo el año próximo, si una modificación del régimen impositivo afectara los impuestos coparticipables con las provincias, como propugnan los más ortodoxos de la causa libertaria».

«La política argentina va a lo urgente y posterga lo importante, con altos costos para el diseño de políticas de mediano y largo plazo», concluyó.