Opinión

¡Tuit va, tuit viene, los muchachos se entretienen! Crece la ansiedad por reservas del BCRA, con la esperanza en Washington

El economista Andrés Borenstein escribió este artículo en la revista Seúl el lunes pasado, previo al show del presidente Javier Milei en un estadio de Villa Crespo. Tres semanas largas y angustiantes antes de las elecciones del 26 de octubre.

Por Andrés Borenstein (Seúl Revista)

Quedan 14 días hábiles para las elecciones de medio término. En el mercado se vive con la angustia previa al penal de Montiel. O peor, del quinto penal frente a Holanda. Lo cierto es que nadie discute la importancia de las elecciones en términos de la gobernabilidad futura y el número de bancas para conseguir reformas o al menos que la oposición no comprometa el equilibrio fiscal. Pero no dejan de ser elecciones de medio tiempo. Pase lo que pase, Milei va a gobernar dos años más y en ese tiempo puede hacer toneladas de cosas buenas y malas. Así que, ¡calma, ansiosos!

Hay un tema donde la ansiedad sí nos tiene que carcomer. El tema de las reservas. La pregunta del millón es cuántas reservas perderán el tesoro o el Banco Central en estos 14 días. No está fácil porque, según trascendidos periodísticos, vienen vendiendo más de 200 millones por día. El tesoro se para en 1.425 y ahí pone el muro. Luego el muro se correrá al techo de la banda en 1.480 y pico. Se habló de que se podrían poner más restricciones de compra o incluso correr la banda. Ambas son matapasiones. Pero perder muchas reservas también lo es. El tema es que, con la visión de que luego de las elecciones viene una política monetaria distinta, es difícil parar los incentivos para la compra de billete. Ya se vio que subir la tasa a lo loco no parece funcionar y eso deprime más la demanda de pesos, el crédito y enoja a muchos.

La esperanza está en Washington. Ahí ya están coordinando el compañero Bessent y Kristalina. Esta semana se suma el equipo económico, y la que viene llega la cumbre de Pelucas. Entre tuit y tuit la cosa parece estabilizarse por el lado del mercado financiero. Igual está una montaña rusa. Tuit de Bessent, suben los bonos. Habla Bessent, bajan los bonos. Y claro, el hombre no está a merced de bonistas argentinos. Tiene que cuidar a sus votantes para que no se enojen en casa.

La política no le da respiros a La Libertad Avanza. No vamos a juzgar los hechos. No nos dedicamos a eso. Sólo vamos a decir que los del Gobierno parecen la 4ta de Almagro jugando contra el Real Madrid. Políticos profesionales contra unos pibes que encima están todos peleados entre sí. Ahora parece que salió Mauri al rescate a ver si convence a los del núcleo blando a que voten a los candidatos del Peluca. Pero esto recuerda una anécdota de un club que estaba muy mal y le fue a pedir ayuda a Julio Grondona con los árbitros. Y Grondona dicen que dijo: “Yo ayudo, pero ustedes tienen que patear al arco”. Macri podrá clavarse milanesas en Olivos día por medio, pero si los otros no hacen las cosas que tienen que hacer, las siete vidas del Gato se consumen muy rápido.

En la economía real vimos datos de recaudación que cayeron 9 puntos en términos reales, pero por efecto de recaudación de bienes personales del año pasado y algo de retenciones. De lo contrario, sería una recaudación más o menos. Los pocos datos de septiembre fueron… más o menos. Ni un desastre ni geniales. Hay un cierto dinamismo del crédito nuevamente que lleva a pensar que octubre podría no ser tan flojo. La inflación parece haber cerrado septiembre arriba de 2% por primera vez en muchos meses. El passthrough no fue alto, pero tampoco cero. Eso está claro. Puede ser que octubre vuelva a estar debajo de 2%, pero si está arriba, no pasa nada. No deberíamos tener más que eso. Como solemos decir, los fundamentos argentinos son buenos y estamos en una situación delicada por una serie de errores. Pero, como dijo un amigo, la Argentina se ahoga en un vaso de agua.

Para esta semana estaremos pendientes del humor del mercado, de si el dólar vuelve al techo de la banda, de lo que pase en Washington y el entre líneas de lo que pase en DC. Salen datos de construcción e industria de agosto que no deberían ser ni chicha ni limonada y también cosas más puntuales como el índice de pesca y minería, dos indicadores que hace relativamente poco produce el INDEC. In Bessent we trust (en Besentt confiamos), con la esperanza de la paz, nos vemos la semana que viene.

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