La fiesta de Susi
Se supone que a todos nos llegará la hora de ser adultos mayores. Susana, de casi 80 años, experimentó el avasallamiento del apuro ajeno en el supermercado. Justo cuando estaba en un momento en el que se sentía una adolescente.
Se supone que a todos nos llegará la hora de ser adultos mayores. Susana, de casi 80 años, experimentó el avasallamiento del apuro ajeno en el supermercado. Justo cuando estaba en un momento en el que se sentía una adolescente.
Libres o no, ¿cómo se vive en esta tierra llena de baches en la que nos dejaron nuestros cuidadores? Sin olvidar el dolor, pero tampoco su opuesto, el humano avanza entre pena y pena.
En una nueva entrega de la historia de «El heredero escondido», el desenlace de Catalina. Un personaje que protegió al último de los Zanmindi luego de que los revolucionarios acabaran con toda la familia real.
¿Se sufre por ser humano o por ser artista? Quizá el arte sea como el conocimiento. Un paño que sirve para limpiar el panorama y ver la inmensidad de lo desconocido, que nos hace sentir aun más insignificantes.
Una cucharada de realismo y una pizca de magia, ¿serán la fórmula para descubrir el más allá del mundo que nos acorrala?
Preguntarse por el bien y el mal puede llevar a acciones que terminen modificando sus cuotas entre los humanos. En un planeta donde la historia que nos precede reproduce los incontenibles conflictos sociales, y personales.
En Pasco 623, Balvanera, Ciudad de Buenos Aires, se llevará a cabo durante agosto y septiembre este espectáculo dirigido por Tomás De Lazzer y la asistencia de Carolina Alonso. Entre otras cosas, muestra la importancia de recordar y tener una identidad, en contraste con las crueldades del inframundo.
Una estela que deja la huella de nuestro ser más profundo puede ser el inicio de una vuelta a la contemplación. Ese estado original que antecedió cada ocupación. Ocupaciones laborales y sociales que hacen girar la rueda del día a día, tan lejano del cielo total.
Un joven y un hombre mayor se encuentran enfrentados, en mesas distintas. Cada uno con su propio café y recuerdos de viejos amigos que ya no están, o los que sí y dibujan una sonrisa. Terminado el trago, la amargura o dulzura habrá variado según las taras de cada uno.
El artista -fallecido en Roma en el año 2000- muchas veces no podía levantarse de la cama por cuestiones de salud mental. Sin embargo, salió del frío de las etiquetas médicas, olvidándose de lo inhabilitante de los diagnósticos. Así es como se dedicó a actuar (a vivir), aunque sea por un rato.










