La UCR piensa en una alternancia, junto a Larreta y Vidal

¿Qué sigue a una PASO nacional, donde la oposición peronista ganó al Gobierno por unos 15 puntos? A 4 semanas de la primera vuelta del 27 de octubre, en una elección de carácter provincial, ocultando al presidente Mauricio Macri, el radicalismo mendocino ratificó el mando y, casualmente, también por unos 15 puntos, mandó a penitencia al Justicialismo cuyano, en cuya ayuda fue el Frente de Todos, con cañones que, al disparar, tuvieron un efecto retro.

¿Esto cambia los ánimos en todo el país? Un día antes, Macri, con un “Sí se puede” populista, más el toque místico de “Lilita” Carrió”, desató un nuevo paquete de promesas, sin haber satisfecho las metas elementales esbozadas en 2015.

Humanidad sacará algunas conclusiones, seguramente parciales e imperfectas, como son por lo general los análisis publicados por estas horas en los principales medios.

• Argentina es un país imprevisible y siempre puede haber vuelcos inesperados. Pero hay una tendencia clara que los practicantes de la real-politik dan por firme. Si no pasa nada raro – un gran enigma es cómo se transitará desde el 28 de octubre al 10 de diciembre -, el peronismo unido detrás de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, retornaría a la Casa Rosada. Deberá enfrentar muchos desafíos, entre ellos el descontento social y la abultada deuda externa. Ambos, como la tierra, orbitan alrededor del sol.
• Macri no se da por vencido. Si bien predice que revertirá el resultado, está impelido a no tirar el esfuerzo por la ventana. Así, buscaría representación parlamentaria y territorial, detrás de sus dos luceros, uno que ilumina con luz propia, Horacio Rodríguez Larreta, en al capital federal, y la otra María Eugenia Vidal, quien aún perdidosa frente a Axel Kicillof, puede constituir un punto de referencia importante. De hecho, Mariú le reprocha al jefe de Estado no haberla dejado adelantar las elecciones en la provincia de Buenos Aires.
• Los radicales, a los que Macri no les llevó el apunte a la hora de administrar y decidir, hicieron la suya y salieron airosos. De ellos tratará de colgarse ahora, para insuflar ánimos a seguidores de la clase media antiperonista. Lo ayudarán relativamente Alfredo Cornejo, de Mendoza, Gerardo Morales, de Jujuy y Gustavo Váldez, de Corrientes.
• Lo puntualizo el “gruñón” Cornejo: impiadoso con los que “si vuelven, volverán peores, con más ostentación de poder y corrupción”, avisó que el propósito de gran parte de la UCR, si como se prevé gana Alberto, “es construir una alternancia”, con “un liderazgo horizontal”. Es decir, no vertical y funcionando con “un círculo cerrado” que no les dio cabida. Lo dice un aliado.

Cornejo se puso en defensor de Mariú Vidal y recibió a Martín Lousteau, enviado a Mendoza, por Rodríguez Larreta ¿Más claro por donde pasaría el eje futuro?

El gobernador de Mendoza deberá, a fin de año, cuando ya sea diputado nacional, traspasar el timón de la presidencia de la UCR. Allí, se alinearán los patitos. No es un secreto que Ricardo Alfonsín dialoga con Alberto Fernández El propio Cornejo – para los pocos memoriosos – fue el articulador del radicalismo K en época de Néstor Kirchner. Proceso luego frustrado por el voto no positivo del vice Julio Cobos, durante el conflicto con el campo, en 2008. Alberto no fue ajeno a las negociaciones con Alfredo. Somos pocos y nos conocemos mucho.

Los chisporroteos entre La Cámpora, privilegiados por Cristina (una distinguida es Anabel Fernández Sagasti, quien sacó 35 por ciento en Mendoza), gobernadores e intendentes, deberían ser neutralizados por Alberto F y Sergio Massa. Como canta Serrat, se hará camino al andar.

De alguna manera, Cornejo le dio una satisfacción a Ernesto Sanz, uno de los creadores de Cambiemos, hoy en extinción. El ex senador entró en el ostracismo, voluntaria e inexplicablemente para la gente.

Hay dos que se disputan el sillón de Cornejo: Enrique “Coti” Nosiglia (otro enemigo de Carrió) y el gobernador Morales, quien prevé una ofensiva para que se libere en Jujuy a la dirigente social Milagro Sala. No lo dirán públicamente, pero ambos le reprochan al actual titular de la UCR haber desactivado al partido. “No llamaba nunca a reuniones del comité nacional”, se subrayó a Humanidad.

El triunfo radical en Mendoza quitó un poco la amargura a los que estuvieron a favor y en contra del acuerdo de Gualeguaychú, Entre Ríos. Saben que para lograr la concordia – interna y con el peronismo -, tendrán que ceder pretensiones. Para ello, procurarán entenderse con los más moderados y no con los ultra K.

“Ojalá que a Alberto no se lo vayan comiendo de a poco”, rogó un radical que ya frecuenta al candidato a presidente del Frente de Todos.