El peronismo está pasando una prueba de fuego. Argentina sigue siendo rigurosamente anormal. El paquete ómnibus para la emergencia, la solidaridad y la productividad, pasó la barrera de Diputados, con modificaciones. Ahora se apresta a tratar de lograr que la levante el Senado. Alberto Fernández, aprovechó, ante las críticas que hicieron oír los jubilados con poco poder de lobby, para anunciar que enviará un proyecto con el fin de derogar las de privilegio que benefician al cuerpo diplomático y a los jueces.
Primero los de abajo Se avanza con esa espada. Pero cuando se hila fino, nadie quiere ceder beneficios. Humanidad recogió voces representativas del espinel autóctono.
Ricardo López Murphy, un radical que no tiene futuro electoral por el ordenamiento que insinuó en 2001, levantó la voz: “Mi ajuste no tiene nada que ver con este ajustazo. Pretendí un recorte brutal a los gastos de los políticos que es patológico. Son ogros filantrópicos que no dan a todos el mismo trato”.
Dijo que estaba dispuesto al debate – no se sabe desde qué lugar -, pero que es inadmisible decir “a éste si, a éste no” le vamos a quitar lo establecido por la ley, en este caso la previsional.
Protestó por la delegación de poderes que pretende el Ejecutivo (Argentina sigue siendo estructuralmente presidencialista) y denunció que la finalidad es sacarle al sector productivo para que el Estado gaste más.
En Diputados, se cruzaron Mario Negri, jefe de la bancada de Cambiemos (perdió la votación 134 a 110, a pesar de las diferencias internas y de la postura de los gobernadores radicales), se cruzó con Máximo Kirchner, del FdT.
“Cuando casi se incendiaba la ciudad, nos decían: les roban un trimestre a los jubilados, pero ustedes se quedan con un semestre. Acá hay un impuestazo asentado sobre 3 patas: el campo, la clase media y los jubilados”, expresó el cordobés.
Máximo retrucó: indicó que entre agosto y octubre el gobierno de Mauricio Macri “se comió 35 mil millones de dólares para ganar una elección que terminaron perdiendo y ahora quieren decir que no hacen falta las medidas para las PyMes”.
El periodista Víctor Hugo Morales, subrayó un contraste: “Macri está de viaje en a Qatar…deja tierra arrasada y se va a presenciar una final de fútbol…son todos negacionistas, cortados por la misma tijera, los que decían ayer que estábamos en el mejor de los mundos”.

La diputada “Lilita” Carrió, jubilada pero con fecha de salida en marzo, volvió a su banca para afirmar que Fernández busca “la suma del poder público” durante 6 meses y lo comparó con el dictador romano Julio César.
¡Cómo para ganar confianza externa e interna! El analista Carlos Fara, sin embargo, señaló que la fortaleza evidenciada por el tandem Fernández-Fernández, muestra un músculo suficiente desarrollado para dar señales de solidez al mercado.
Eso está en trámite. Lo cierto, como indicó Fara, es que el peronismo con las riendas del Estado “marca la cancha” sin que le tiemble el pulso. “Pueden gustar o no sus formas y contenidos, pero lo que está pasando era esperable”, trató de tranquilizar.
La novedad es la capacidad de diálogo de Alberto en medio de un kirchnerismo que no baja las banderas pero respeta su margen de maniobra, que lo llevó incluso a volver a verse con su “amigo Héctor” (por Magnetto, el CEO de Clarín).
Y ante los reclamos – productos de una ley hecha a las apuradas – y con los ojos puestos en la solidaridad hacia los más humildes, avanzó en algo que nadie se animó: los jueces y diplomáticos deben tener un régimen sin jubilaciones de privilegio. Claro que hubo otras excepciones que son hirientes en una sociedad que padece, económica y espiritualmente.


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