En la Argentina, a diferencia de Europa (Italia y España y Francia, sobre todo) y de países asiáticos como China, Corea del Sur, Japón e Irán, se está en una etapa de “contención y aislamiento” en la que deben participar el Estado (en las zonas más desprotegidas socialmente) y los individuos, advirtió anoche el infectólogo del Instituto Malbrán, Gustavo Lopardo, uno de los expertos que asesora al presidente Alberto Fernández, para prevenir la expansión local del coronavirus.
De los 65 casos comprobados, la mayoría importados y algunos provocados por contactos con personas cercanas, 80 por ciento son leves, 15 por ciento severos y 5 por ciento críticos, puntualizó y reveló que desde ayer también se consideran “sospechosos”, quienes hayan o vengan llegando de Brasil y Chile. La cuarentena obligatoria es de 14 días.
En una didáctica entrevista con Carlos Pagni, por La Nación +, mencionó las dificultades en la comunidad europea (“en España, Francia e Italia tomaron medidas agresivas un poco tarde”, hizo notar y agregó que en Milán, donde se realizó una feria de moda y calzado de China, la tasa de mortalidad fue del 7 por ciento, “algo espeluznante”), abundando en las recomendaciones para la Argentina.
Dijo que el virus posiblemente procede de murciélagos y que la enfermedad se expandió desde diciembre en el mercado de Wuhan en la provincia de Hubei. Agregó que esta vez China actuó con celeridad y en enero, subió a la plataforma digital los eslabones para hacer un diagnóstico correcto. En Buenos Aires, eso solo puede hacerse por ahora en el Instituto Malbrán, pero anunció que van a llegar reactivos y esa tarea se descentralizará para intensificar la etapa de contención.

Reconoció como “muy factible” que haya casos no detectados, porque las personas afectadas, la mayoría de 30 y 35 años, no lo comunican y afectan a sus familias, a personas mayores como padres y abuelos “Parece inevitable que se propague con más intensidad”, alertó.
Explicó que por lo examinado hasta hoy, el coronavirus se expande el doble que la gripe, se desconoce si producirá inmunidad (como el sarampión, por ejemplo), aunque se podría controlar. En el 20 por ciento, el virus (en Argentina) descendió a las células del pulmón y un 5 por ciento pone a los pacientes al borde de la muerte.
Mencionó que a diferencia del SIDA, que tardó dos años en conocerse, la actual pandemia es objeto de investigación en apenas 3 meses y se está trabajando en 15 vacunas. De resultar efectiva alguna de ellas, advirtió, no obstante, “tardará mucho en llegar al mercado”.
Por eso, señaló que la tarea del gobierno es “identificar y aislar” a las personas que vienen de las zonas peligrosas (incluso de Estados Unidos) con fiebre, tos, dificultades para respirar, dolor de garganta y decaimiento.
Destacó los numerosos y exitosos testeos realizados en Corea del Sur, para amesetar y disminuir los riesgos (algo que adelantó Humanidad) e hizo un llamado a la sociedad para aislarse en las circunstancias que cuadran. Exhortó en general a lavarse las manos con agua y jabón (sin tocarse la cara) y usar lavandina con agua diluida para limpiar las viviendas.
Pidió compromiso ciudadano para avisar sobre situaciones sospechosas (utilizando el 107 en CABA y el 148 en provincia de Buenos Aires), Exigió que “dejemos de tocarnos y besarnos” y empezacemos a hablarnos a un metro de distancia, pues el virus se transmite por la boca o la nariz, el estornudo y luego llevándose las manos a la cara y los ojos y tocando mesas o picaportes u otros muebles.
Reveló que el cometido del gobierno es “demorar” el pico de la llegada del virus, algo “inevitable” en su interpretación.
También reiteró que no hay ninguna vacuna para combatir el coronavirus que ya llegó a 165 países, es decir a tres cuartos de los que pertenecen a la Organización Mundial de la Salud.
Después de indicar que “no hay colegios cerrados”, sino interrupción de clases (en muchos de ellos los chicos van a comer y es una prioridad), fue interrogado por Pagni acerca de lo que “le gusta y le inquieta” del Gobierno. Entonces, el periodista se enteró que Lopardo es uno de los asesores de Alberto que estuvo en la Rosada, antes de la cadena nacional del domingo pasado.
Convocado por el ministro Ginés González García, informó que el gobierno toma sus medidas, que van cambiando día a día, según las fuertes recomendaciones de los expertos nacionales. Dijo creer que “la comunidad civil se dio cuenta de la gravedad” cuando el Presidente habló.
Ante otra consulta sobre el peligro de alentar «una paranoia» social, descolocó al periodista al mencionar que el diario La Nación, del domingo, prácticamente escribió sobre el coronavirus y su impacto económico. “No hay que entrar en una infodemia como forma de enloquecernos, sino informar lo suficiente«, reconvino Lopardo.
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