El 16 de abril, Humanidad dio cuenta del anuncio verbal del secretario general de la UOM, Antonio Caló, para que, en la cuarentena, los metalúrgicos que trabajan, cobren el 100 % y los que se queden en su casa el 70, bajo la condición de no ser despedidos por 120 días. Ese modelo tuvo eco: SMATA se predispone a aplicarlo, mientras otros gremios evalúan qué hacer en la emergencia. El aparentemente intransigente petrolero Guillermo Pereyra, reveló por caso que luego de hablar con el ministro Claudio Moroni, se decidió una gran quita de salarios a obreros de empresas patagónicas PyMes del sector, que están sin facturar desde hace unos meses por la estrepitosa caída en la actividad.
Sin embargo, ésta página puede adelantar hoy que finalmente la mesa de conducción de la UOM, dio marcha atrás y no firmará ningún acuerdo ante el Ministerio de Trabajo: “Por ahora, queda suspendido”, precisó un vocero.
¿Las razones? “Hubo mucha reacción adversa (presionados por las bases) de dirigentes», anotició. Explicó que al avanzar las negociaciones, las cámaras empresarias incurrieron en una picardía: aceptaban pagar el 70 por ciento del neto, pero luego se aferraban al REPRO (dado por el Estado), para descontarlo, con lo que la baja sería aún mayor.
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¿Caso testigo? La UOM aceptó que los obreros que no trabajen cobren el 70 %
Al confirmarlo, Antonio Caló, se refirió al estado de excepción por el coronavirus.Subrayó que las empresas PyMes se comprometieron a no despedir durante 120 días.
Tras el nuevo Decreto de Necesidad y Urgencia que firmó el presidente Alberto Fernández, asesorado por Moroni, los metalúrgicos que se queden en su casa, por el aislamiento obligatorio, percibirían el 50 por ciento a través del subsidio del Gobierno y otro 50 de los empleadores: esto es, el 100 por ciento.
Tomaron cartas en el asunto el propio Caló y Abel Furlán, el representante de Campana a quien ya se le hizo el hisopado por las sospechas de sufrir coronavirus y le dio negativo.
Ayer por la tarde, los directivos de ADIMRA intentaron volver a la negociación, sin aceptar colocar expresamente la cláusula de que no haya despidos por 120 días. Es decir, supeditando la situación a lo que vaya resolviendo el Gobierno. Y quitando, a la vez, una herramienta a Caló para conformar a los obreros de su rama, que sufren realidades contrastantes en todo el país.
En realidad, Moroni contempló todo el espectro: hay empresas que si necesitan la ayuda y otras (las menos) no, es su conclusión.
La UOM, en consecuencia, seguirá negociando distrito por distrito, tomando en cuenta la situación real de las empresas de pequeño o mediano tamaño.
“Con el nuevo DNU es más fácil discutir empresa por empresa, que hacerlo en forma colectiva. De esta última forma, se estaría otorgando un privilegio a compañías que no necesitan el salvataje”, se subrayó a Humanidad.


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