Los cambios culturales “llevan mucho tiempo”. La regla aplica para la Argentina, que “no tiene cultura democrática” desde que se constituyó como Nación a fines del siglo XIX. Tal la conclusión, que quedó en el tintero de la nota los #VacunadosVip, que dejó a Humanidad, el exsecretario de Cultura, José “Pepe Nun: hoy refractario al kirchnerismo y en menor medida al PRO y proclive a construir una alternativa basada en nuevas generaciones que no descuiden a “jóvenes” peronistas, radicales y socialistas, más lo que definió como “intelectuales críticos”, entre los que se incluyó.
Humanidad consideró apropiado completar el pensamiento del excolaborador del extinto presidente Néstor Kirchner, para no quedarse en la anécdota aislada del desencuentro actual de los argentinos. Uno más. Y van…
No perdió Nun su tonicidad, a los 86 años. Dijo, haciendo un juego de palabras que la “oligarquía vacuna” de hace más de un siglo, se replica ahora con «la vacuna de la oligarquía»: “en ambos casos, es un gobierno para pocos”.
Recordó a Juan Bautista Alberdi y la copia que hizo la Argentina de la Constitución de Estados Unidos, aspirando “a una República ideal”, tan ideal que se parecía más a “una monarquía”, transformada parcialmente a través del voto universal masculino de la ley Saénz Peña
Destacó Nun “la lucha” con relativo éxito desplegada por el radical Hipólito Yrigoyen, durante su primera Presidencia y que “distorsionó – acotó –. en “la segunda«, cuando se convirtió a su juicio «en un caudillo personalista”, dando paso a “la inauguración de golpes y dictaduras militares”.
Para no irse por las ramas, esta página omitió ayer razonamientos del pensador, que insistió en que la Argentina es un país “de proscripciones, populismos autoritarios, no formado en la cultura democrática”.

Rescató, sí, la gestión de otro radical, Arturo Illia. “Fue un gran hombre. Me saco el sombrero, pero – siempre el pero – llegó a la Presidencia con el peronismo proscripto y cuando lo quiso habilitar lo voltearon”.
Fue en ese punto en el que llamó a “construir la democracia republicana: no se trata solo votar periódicamente – explicitó -, sino de asegurar la división de poderes y una burocracia profesional y no corrupta, como se insiste en soslayar”.
Perón mereció un capítulo aparte. “Subió con un golpe militar y cayó con un golpe militar. Participó del interregno entre dos golpes militares. Perón no creía en la democracia liberal, la consideraba un mal transitorio, pero tuvo la inteligencia, por ejemplo, de nacionalizar los ferrocarriles argentinos y ponerle el nombre de próceres liberales, Samiento, Roca…”.
En la búsqueda de una alternativa al gobierno que tanto ataca hoy, Nun distinguió lo que es el PRO, de “una coalición mucho más amplia, con radicales, socialistas y peronistas, que tienen muchas figuras jóvenes capaces de provocar el cambio”. Se ubicó en este espectro aún difuso, en contra “de los profesionales políticos” que siguen los pasos del Viejo Vizcacha, capaces de demandar al Estado, cuando son “condenados” por actos ilícitos. Fue implacable en este sentido, con el exvicepresidente Amado Boudou y le reprochó “falta de pudor” a la actual vice Cristina Kirchner, “por no tener ningún empacho, con la fortuna que tiene, en reclamar la pensión de su marido muerto”.
El pesar de Nun, transmitido sin ofuscación, se hizo extensivo a los políticos (sin distingos de camisetas) que “se hacen los distraídos y se preocupan primero de ellos y luego de los intereses electorales para perpetuarse en el poder”.
“Hay que luchar contra la resignación. Mientras más levantemos las cabezas, menos posibilidades tendrán de cortárnosla”, aseveró.
Trajo a cuento experiencias europeas. De Francia por ejemplo: “hay que vivir para la política y no de la política”.
“Cada vez más un político de izquierda tiende a parecerse a un político de derecha que a un votante de izquierda; y uno de izquierda se asemeja más a uno de izquierda que a su elector…ambos pierden bases”, observó.
¿El peronismo hoy? “Tiene tantas caras. No es casual que no se pueda definir. Por más tierra que le quieran echar a (Carlos) Menem, colocó un hito: llegó a la Presidencia e instaló el neoliberalismo…porque hay un peronismo liberal de derecha y otro de izquierda. Y hay democráticos, que tuvo como representantes a Antonio Cafiero”.
¿En este momento? Rescató a Emilio Monzó y Diego Santilli y a “un mosaico de peronistas y radicales” (@gugalousteau) que se van a ir “aglutinando”, se ilusionó.
Lanzó una hipótesis personal: “El gobierno (FdT) subió mucho antes de la pandemia y el Ministerio de Salud no fue considerado por el Instituto Patria y se puso a Ginés, un personaje que no era del agrado de Cristina. Se lo dejaron poner a Alberto, en esta especie de loteo de los cargos”.
Reconoció y justificó su labor como secretario de Cultura del kirchnerismo, pese a sus implacables críticas actuales.
“Nunca fui peronista – aclaró – participé como exponente de la transversalidad. Kirchner llegó al poder guiado por (Eduardo) Duhalde y nunca le interesaron, ni a él ni a su esposa, los derechos humanos. Eso sí, me dio absoluta libertad para hacer y deshacer”.
Nun propuso no aplicar la 2a. dosis a «los ventajitas»
Secretario de Cultura entre 2004/09, el politólogo sostuvo que a los #VacunadosVip debe aplicárseles una sanción ejemplar. En una entrevista exclusiva, llamó Viejo Vizcacha a Francisco.
Nun no se calló nada. Dijo que Donald Trump, hizo mucho para “destruir” la “democracia norteamericana”, lo que contrastó con los esfuerzos de Joe Biden.
Señaló que Estados Unidos tiene sus fallas. “No se puede llamar democracia a un país con un racismo rampante. Engaña un poco porque Hollywood está a la cabeza de un proceso de no discriminación. Pero Trump ha demostrado que hay norteamericanos racistas, blancos que están en contra de los afroamericanos”.
En este punto, concedió que nuestro país abolió la esclavitud mucho antes que en Estados Unidos, que necesitó de la guerra de secesión para lograrlo.
Al pregonar más transversalidad y cultura democrática nacional, apostó a la juventud y a “una correlación armónica entre crecimiento y mayor igualdad”.
Cuando Humanidad le hizo notar la prédica de Francisco y su buena sintonía con Biden, lo relativizó. Contestó emparentando al argentino con el Viejo Vizcacha.
“Lo reivindican al Papa en Europa – declaró -, porque no conocen su trayectoria. Lo consideran progresista, pero como jesuita es un hábil jugador político”. Mencionó como sus representantes, entre otros, a Valdés, Grabois y Béliz.
Nun no dudó: “Está (Francisco) más cerca del Instituto Patria y se equivoca fiero, aunque desde su punto de vista, es coherente”.
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