Hacete amigo del juez
Consejos del Viejo Vizcacha (Martín Fierro, de José Hernández)
No le des de qué quejarse;
Y cuando quiera enojarse
Vos te debes encoger,
Pues siempre es güeno tener
Palenque ande ir a rascarse
No se cambia de la noche a la mañana. Hay que tener paciencia, voluntad y perseverancia. En una semana jalonada por el endurecimiento del Gobierno – con articulados golpes de Alberto y Cristina, en el Congreso y ante un tribunal judicial acusador -, la resistencia de la oposición – que tomó como bandera de guerra la represión en Formosa, luego del retroceso en la faz sanitaria por la pandemia -, “floreció” otro peronista – Randazzo – enarbolando la bandera de la tercera posición con vistas a las elecciones legislativas de octubre.
Si se acepta que “el acomodo” es algo naturalizado en la Argentina (Humanidad lo puso de relieve en recientes notas), puede entenderse la estrategia del Frente de Todos, que subsumió en su franja a quien se presentaba como arquitecto de la construcción de la ancha avenida del medio, Sergio Massa.
Los políticos ya sufrieron en carne propia el desprestigio en su máxima potencia. Remite al “que se vayan todos” del 2001, cuando tuvieron que esconderse debajo de la cama, para reaparecer años después.
La viveza criolla se observa en todos los rincones. La viste un santo, alguien con toga, un piquetero con I-Phone última generación, los bailanteros, los medios de comunicación… La lista es interminable. ¿Por qué debía ser una excepción la vacuna?
A algunos le gusta hablar de los tres tercios. A otros, del empate permanente que ahoga de a poco en un pantano, mientras suceden desgracias – como la de Cromañón o el embiste ferroviario fatal de Once, para citar apenas dos emblemáticas -, que sacan de la modorra dañina, sin provocar modificaciones drásticas como si se prendiera el velador.

Representante de un proyecto del que está agarrado un 35 % de la población, Cristina reconoce que hay en Juntos por el Cambio, una porción similar, con sustento en las clases medias y altas urbanas, con un mayor nivel de instrucción, que reaccionan ante lo que consideran un ataque al «sistema» establecido. Allí está encuadrado genéricamente “el anti peronismo” y la derecha, democrática o no.
A riesgo de equivocarse con las fracciones, un 30 por ciento (apolíticos, independientes) no atiende ni de cerca de esa dicotomía. Su preocupación pasa por la cena de cada noche.
“Sí – evaluó el analista K, Artemio López -, hay una franja importante que mira su circunstancia socio económica en el momento de emitir el voto. Ergo, si el Gobierno sale de la recesión, en octubre podría mejorar su caudal electoral”.
Esa es la clave que toca Cristina. Por más que Alberto ayer, en Mendoza, volvió a presentarse como un director de orquesta de todos los argentinos, que busca la armonía y unidad para “erradicar para siempre el hambre de la Argentina”.
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El investigador dijo que el Gobierno procura asegurarse el 40 % de los votos y sumar bancas en Diputados. Auguró que el mensaje, asociando criminalmente a Macri con el FMI, apela a flotar y vivir con lo nuestro.
¿En qué quedamos? ¿Diálogo o confrontación? ¿Cristina o (Mauricio) Macri. Una pista importante la dio el sociólogo Marcos Novaro, quien tiene a su disposición en forma permanente el micrófono de los medios hegemónicos.
Los “republicanos” (sic) de Lilita Carrió (no son los mismos que los de Patricia Bullrich) van por la vía del ajuste ortodoxo. Por tarifas congeladas, o casi, se inclina el peronismo gobernante (véase, sino, el posicionamiento ante el FMI) a sabiendas que el camino es largo y la Argentina irrelevante en el contexto internacional, salvo por las riquezas de su territorio, que tanto apetecen norteamericanos, chinos y rusos, entre otros poderosos.


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