Literatura

¡Quédate conmigo!

Cuándo las pasiones egoístas dominan la relación entre las parejas, todo puede ser muy asfixiante. Con la imaginación a flor de piel, el autor recrea el diálogo de un femicidio y/o la razón de un suicidio.

-Oh amada mía, no te vayas. No me dejes aquí con tu ausencia. Porque apenas cruces esa puerta tu ser entero permanecerá entre estas paredes, cautivo en mi memoria, siendo yo cautivo de ella. Nada podrá cambiar lo que soy, pero por favor quédate conmigo, para que pueda seguir viviendo.

¿Por qué quedarme si ya no te quiero tal cual eres? ¿Por qué fingir? Ese tipo de daño no me lo merezco, y tu tampoco. Como dices, nada podrá cambiarte. Ni a tí ni a mí. Por eso es que ya no esperaré un día más. Es desde ahora que vuelo libre para que mi vida recobre un sentido loable y merecedor del respirar.

-Pues si así crees que te he arruinado la vida, entonces dime, dime por qué ahora. Qué es lo que te hizo decidir este golpe tan de repente. Yo me quedo solo y tu te largas para estar con quién. ¿Con quién te irás?

-Poco importa si realmente decido compartir mi tiempo con otra persona. Esta vida ya no la resisto. Y el mundo allá afuera lo tiene todo para mi. Solo debo salir.

¿Te crees capaz de liderar tu propio destino? ¿Te crees dueña de tu futuro? No seas ridícula. Si siempre dejaste todo a merced de Dios. Te dejas llevar para que la vida haga lo suyo. Así fue conmigo. Así me conociste. ¿Qué vas decirle ahora a la vida?

Que ya no te amo. Que te desprecio. Que no aguanto un minuto más junto a ti. Que prefiero estar muerta antes que contigo.

-¡Basta! Tu desprecio no tiene lugar en esta casa. Tus insultos ya no volverán a sonar aquí. Si te quieres ir, solo te diré una cosa: los mejores tiempos los he pasado contigo, y que ahora te largues significa abrir una herida de la que no creo me pueda recuperar, y que es probable que muera desangrado.

-Estoy convencida que encontrarás a alguien que cure todo aquello que dices. Ningún ser humano debería ser tan tonto como para dejarse arrastrar por la voluntad de los demás. Mucho menos cuando eres consciente de aquel arrastre. Y lo único que te conecta conmigo es tu ego y tu imposibilidad de arreglártelas solo.

Golpe. Silencio. Muerte.

-¿Qué he hecho? ¿Qué me queda ahora? Mi amada muerta, yo solo. Ya no se qué hacer. No se cómo morir. ¡Por qué! ¡Por qué he matado a esta pobre inocente muchacha! Por qué, si lo único que quería era su compañía.

Disparo. Silencio. Muerte.

0 comments on “¡Quédate conmigo!

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s