Toque Hache

¿Cómo nace un escritor?

Samanta Schweblin nos da un consejo muy importante: aprender a leerse. Muchas veces lo que creemos transmitir no es lo que realmente dejamos plasmado en las letras. Esta distorsión tiene un secreto para ser salvada, como en cualquier otra disciplina: la práctica.

Los nacimientos pueden darse de golpe o por partes. Se lo puede ver de un momento para el otro cuando se hace público el sujeto/objeto en cuestión, o de a pedacitos, cuando la imagen queda completa luego de haber descubierto cada día pequeñas partes.

Acá cualquiera podrá introducir el famoso dilema entre si algo se genera de la nada o en realidad aparece luego de haberse gestado durante mucho tiempo. Ambas opciones pueden formar parte de una misma cosa.

En lo que respecta a los escritores, vale la diferencia entre un escritor común y corriente y un «gran escritor», aquellos que escriben best sellers y son tratados como personalidades destacables. Por supuesto que de estos últimos hay más humildes y otros más pomposos. Dependerá de si su fama llega antes o después de su fallecimiento físico.

Pero nada de esto trata la escritora Samanta Schweblin cuando le preguntan si se puede enseñar a escribir. Ella se encarga de sobreestimar la teoría del «escritor que nace genio» y que nada debe influenciarlo. Muchos mitos existen y por sobre todo teorías para el aprendizaje. Uno de sus consejos es más que interesante: aprender a leer lo que uno escribe.

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