¡A desparasitar el Estado!

Por Ernesto Jackson

…Y el bruto siempre es peor que un malo, porque el malo suele tener remedio… el bruto no. He visto a muchos malos que se han vuelto buenos. No he visto nunca a un bruto que se haya vuelto inteligente”.

La frase de Juan Perón es perfecta para aplicarla, claro está, en cada ejemplo que a diario se nos cruza. Pero esta verdad es mucho más dolorosa cuando el “bruto” de la frase ejerce la función pública.

Porque todos los ciudadanos, con sus impuestos, le pagan el sueldo cada mes. Es más: en poco tiempo de haber estado sentado en un sillón de cualquier despacho, se hace acreedor a una jubilación suculenta y a una edad más que temprana. Futuro asegurado.

Hoy, en las redes sociales sobran los videos que muestran a funcionarios de alto nivel que no pueden hilvanar una oración simple, conjugar un verbo o saber que decir “jóvenas” es más propia de un burro (con perdón del pobre animal cuadrúpedo) que de una autoridad que decide sobre la cosa pública.

El lector seguramente coincidirá – o no -, con este cronista en que el acceso a la función pública es una puerta siempre abierta a la corrupción que implica el regalo de puestos de trabajo.

¿Quién no recuerda en los 70 al cabo 1° Anastasio López, de Les Luthiers, designado ministro de Educación y Cultura en la República de Feudalia?. Siempre paga el Estado. Y al Estado no le duele el gasto de esos sueldos.

“Aprovechemos”, dicen en estos tiempos. Y Las oficinas púbicas en todo el país están sobreocupadas por “empleados” sin tareas. Planteles parasitarios (personas que viven a costa ajena).

“¡A desparasitar al Estado en todos los niveles”!, sería la consigna urgente. Las pasiones argentinas son puestas a prueba con claros casos de abuso y corrupción: una empleada renunció a mediados del año pasado. La oficina la despidió con fiesta incluida. Percibió su sueldo hasta fin de año. Pero le renovaron el contrato por todo 2023. Es más: además, cobra… horas extras!!! Bingo!!!!!  El viejo cuento de bajar el déficit en el gasto público.