Cerrados los canales comunicativos – por orden del intendente Martín Yeza, tras el “bombazo” de El Diario del Mar adelantando lo que se había resuelto en una reunión selecta sobre la sucesión en el PRO a partir del 10 de diciembre -, las repercusiones sobre el futuro político de Pinamar entraron en ebullición.
Básicamente, Yeza – quien el jueves estuvo muy activo en su cuenta de Twitter e incluso mandó un mensaje enigmático, tras la caída en desgracia de su candidato a Gobernador, Cristian Ritondo -, ordenó a los postulantes cerrar la boca, luego de que éste portal informara – sin que se confirmase o desmintiese oficialmente -, que las mediciones en su poder indicaban que el postulante del PRO sería Juan Ibarguren, secretario de Turismo y Desarrollo Económico y que su hermano Alejo, el futbolista, funcionaría como locomotora de la lista de concejales.
“Observo que estas bien informado”, comentó a este periodista la jefa de prensa de la Municipalidad en un encuentro casual, sin aportar ningún dato de interés. Solo reconoció que el trascendido tenía sus fundamentos y había provocado gran conmoción puertas adentros del municipio. Afuera, la gente sigue viviendo su vida normal – llena de vicisitudes -, desatenta al juego de los dirigentes. ¿Será por eso que crecen las huestes de Javier Milei?
“Espera unos días”, recitó un precandidato; otro, temeroso y dispuesto acatar la orden del “líder”, hizo mutis por el foro. Apenas deslizó: “le van a poner hielo al tema, total quedan unos días más…y volverán a la carga. Espero que se reflexione y algo cambie”.
El Diario del Mar escuchó un programa radial, en el que fue entrevistado el secretario de Vivienda, Fernando Ávila, En su transcurso, el conductor Diego Uribe, puso en duda la “mentada unidad” del espacio hegemónico desde hace 8 años, habló de “guerra de vanidades” y hasta se atrevió a afirmar que ninguno de los postulantes, tiene un equipo para exhibir. Agregó: «Eso es una vergüenza».
Al mismo tiempo, sectores con intereses concretos (y creados) , empezaron a agitar (¿ infructuosamente?), que ante el “berrinche” armado, pueda echarse mano a la posibilidad de que el intendente vuelva sobre sus pasos (está habilitado legalmente) y se presente a la reelección, como prenda de concordia. Lo dejamos ahí, como diría un periodista-empresario influyente en la época del menemismo. Los que no lo harán son el peronista Gregorio Estanga y el libertario Alejandro Oliveros, quien declaró en su momento a este diario que esperaba a Yeza para “sopapearlo”.
El Diario del Mar se animó a trasladar las duras afirmaciones radiales a los tres precandidatos (Javier Pizzolito padece de mudez mediático en estos temas). Yeannes no hizo “devolución”; Ibarguren, con una audacia mayor a la que le atribuyen sus detractores, contestó amablemente: “Tranqui, ¡hay tantas opiniones, como personas en Pinamar”, que tiene una población cercana a los 50 mil habitantes.
Renuente esta vez al contacto, la concejal Alejandra Apolonio, contestó con sequedad (fue ella la que se la plantó a Martín): “Buen día. No estoy escuchando la radio y si dice eso, tiene toda la libertad de decir lo que piensa. No voy a entrar en esas cuestiones”.
Cierto es que las cuestiones de “rosca” política interesan sobre todo a grupos muchas veces sin conexión con las necesidades de la gente, que son distintas de acuerdo con las características de la localidad de que se trate.
Indudablemente, pesan las decisiones que se están tomando a nivel nacional en Juntos. Desde el jueves, precisamente, el candidato a gobernador de Patricia Bullrich (quien enfrentará en unas PASO presidenciales a Horacio Rodríguez Larreta), será el intendente de Lanús, Néstor Grindetti, macrista de paladar negro. Deberá enfrentar a Diego Santilli, el exvicejefe de la administración de CABA. De allí, los bamboleos. El periodista de “Nadie es perfecto”, puso el acento en la cuestión doméstica: “en el pueblo están pasando muchas cosas…es hora de que presenten los equipos y digan lo que van a hacer”.
Para terminar, como broche insólito, la noche del jueves Yeza publicó un texto críptico en su cuenta de Twitter. Por supuesto, se intento requerirle una explicación por vía indirecta. Al poco rato se recibió dos escuetas frase reenviadas por un colaborador: «Es sobre la interna de arriba»; «Y que estamos a 30 días del cierre de las listas».
Humanidad 
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